La fusión de CaixaBank y Bankia restringirá una vez más la competencia en el sector financiero español, también en el mercado gallego, que acumula en los últimos años varias pérdidas de entidades. Sin embargo, la creación del primer banco de España no supondrá, necesariamente, pérdida de oficinas en el rural.
Esto es así puesto que Bankia suma 17 sucursales en la comunidad gallega, todas ellas situadas en las siete grandes ciudades: cinco en A Coruña, cuatro en Vigo, dos en Santiago, dos en Ourense, dos en Lugo, dos en Pontevedra. De ahí que las duplicidades, de darse, se concentren en las urbes y esquiven las localidades de menor tamaño.
Esta circunstancia limitará el efecto en cuanto a la exclusión financiera entendida como imposibilidad física de acceder a estos servicios, si bien la exclusión también se mide en términos digitales o de falta de conocimientos.
Asimismo, está por ver la implicación de este movimiento en lo que tiene que ver con las condiciones de los servicios para el conjunto de los clientes.
«REPERCUSIÓN MÍNIMA» EN GALICIA
CC.OO. será el sindicato que lidere las negociaciones relativas al «ajuste» de empleo que ambas entidades reconocen que implicará esta unión y, al respecto, el secretario general de la sección de CaixaBank en Galicia, Xoán Carlos Viveiro, advierte de que «la repercusión tendría que ser mínima» en Galicia.
«No van a ser muchas y tienen que ser voluntarias», augura en declaraciones a Europa Press sobre unas salidas que da por hecho con la fusión.
CaixaBank dispone en Galicia de 740 empleados y 150 oficinas, mientras Bankia tiene 120 trabajadores y una red compuesta por las 17 sucursales mencionadas.
«Habrá duplicidades pero van a ser fácilmente solucionables», advierte Viveiro, quien cree que el factor urbano de la red de Bankia es clave. «No es lo mismo que si ocurriera en un pueblo», incide.
En este sentido, resalta que «seguro» que habrá cierre de oficinas, pero constata que, de hecho, esta era una senda que ya estaba siguiendo CaixaBank, para «centralizar el negocio en oficinas más grandes», y que no tiene por qué suponer reducción de personal.
En cualquier caso, el sindicalista también asume que «va a haber salidas voluntarias», pero destaca que serán «vía prejubilación o salidas incentivadas, todas las que haya». «Y más, con la presencia del estado» en la entidad resultante de la fusión, lo que, en su opinión, aporta más garantías de que las medidas en el empleo sean «no traumáticas».
En cuanto a los plazos, la fusión ahora deberá ser ratificada por la junta de accionistas y Viveiro calcula que hasta el segundo trimestre de 2021, aproximadamente, no se negociará el acuerdo laboral. Por su parte, CC.OO. apostará por que las salidas se establezcan «a varios años, dos o tres».
Si «nunca es buena noticia que se restrinja la competencia y que haya despidos», este representante sindical expresa su preocupación también por que se produzca una mayor exclusión financiera, en términos globales. CaixaBank, en la actualidad, está presente en todas las localidades gallegas de más de 10.000 habitantes.