El brote de COVID-19 relacionado con un gimnasio ubicado en la población de Meicende, en el término municipal coruñés de Arteixo, suma solo un caso nuevo en las últimas horas y el total se eleva a 56 contagiados, con lo que el Servizo Galego de Saúde (Sergas) estima que «parece que se estabiliza».
Según ha informado este jueves el área sanitaria de A Coruña y Cee, el seguimiento de los contactos relacionados con este brote y sus ramificaciones por distintas zonas del área sanitaria ha llevado a realizar solo el pasado miércoles 466 PCR.
El Sergas señala que «se sigue detectando algún caso relacionado con el entorno familiar de positivos detectados con anterioridad, así como algún caso aislado».
Por ello, ante la posibilidad de nuevos contagios, la Consellería de Sanidade subraya que «sigue trabajando con el objetivo de limitar el riesgo de nuevas infecciones, tomando las medidas preventivas indicadas en los protocolos aplicables a esta situación».
ORIGEN DEL BROTE
El origen del brote se sitúa en un usuario de ese gimnasio que también trabaja como portero de un pub de Santa Cruz, en el municipio de Oleiros (A Coruña).
Precisamente, en relación a este varón, este jueves se conoció que el Juzgado de Instrucción Número 8 de A Coruña ratificó su «aislamiento obligatorio en su domicilio».
Según el auto judicial con fecha 1 de agosto, recogido por Europa Press, la jueza ratifica para esta persona «el aislamiento obligatorio en su domicilio con la finalidad de que se le aplique la medida sanitaria correspondiente y hasta que deje de representar un riesgo para la salud pública».
En el centro de entrenamiento ubicado en Meicende se suspendieron las clases, pero el rastreo de los contactos realizado por el Área Sanitaria de A Coruña y Cee originó la detección de estos nuevos casos, que ya están aislados y en seguimiento domiciliario.
Uno de los positivos es el de un vigilante del centro cívico de Monte Alto, usuario también del gimnasio, así como trabajador del matadero municipal de A Coruña. A raíz de los casos detectados vinculados con este brote han cerrado como medida preventiva dos bares de la localidad coruñesa de A Laracha.
Este brote supone el segundo con más casos de los detectados en Galicia, solo superado por el que obligó a cerrar la comarca de A Mariña lucense, con más de un centenar de infectados por COVID-19.