Los alumnos gallegos deberán volver a las aulas el próximo otoño manteniendo las medidas de seguridad contra la COVID-19. Esto supondrá, para los mayores, mantener una distancia mínima de un metro mientras estén sentados en el aula y de 1,5 en el exterior, así como usar mascarilla fuera de clase. Sin embargo, el borrador del protocolo de la Xunta incluye una posibilidad para los niños de Infantil y Primaria, que podrán «socializar sin mantener la distancia de seguridad» si se crean «grupos de convivencia» estable de hasta 25 escolares.
Así lo recoge el borrador del Protocolo de Adaptación al contexto de la COVID-19 en los centros de enseñanza no universitaria de Galicia para el curso 2020/2021, acordado por las consellerías de Educación y Sanidade en una reunión este lunes y que se someterá el jueves a mesa sectorial.
En lo relativo a principios sanitarios básicos, el protocolo establece que cada centro deberá contar con un equipo específico formado en COVID-19, con una persona coordinadora de referencia, así como un centro de salud de referencia para contactar en caso de dudas.
Entre las funciones del equipo COVID-19 estará la de disponer de una relación del alumnado y del personal del centro, divididos por aulas, con identificación y número de contacto, para poder trasladarlo a las autoridades sanitarias de ser el caso.
Cada día, tanto el personal docente y no docente como el alumnado, deberá realizar un auto diagnóstico sobre síntomas de alerta o posibles contactos, y, si se tiene algún indicio de contagio, deberá darse alerta al centro de salud correspondiente. Mientras tanto, cada centro tendrá un lugar específico para aislar de forma individual al alumnado o profesorado que presente síntomas mientras se gestiona su traslado.
UN METRO DE DISTANCIA
De forma genérica, los alumnos deberán permanecer en el aula sentados a una distancia mínima de un metro, con las mesas en la misma dirección, según lo establecido por la OMS. En esta situación, no tendrán que usar mascarilla.
En caso de que la distancia no pudiera asegurarse, el protocolo establece que se retire todo el mobiliario posible para separar las mesas y, en el último caso, se inste a usar mascarilla durante el horario lectivo.
Por otra parte, tanto los miembros de la comunidad educativa como los alumnos, salvo algunas excepciones, tendrán que usar mascarilla fuera de las aulas, y mantener una distancia mínima de 1,5 metros. El protocolo hace especial hincapié en que los profesores usen mascarilla como elemento «ejemplarizante» y determina que se establezcan, en la medida de lo posible, zonas de entrada y salida diferenciadas, salidas de las aulas escalonadas o direcciones de circulación en los pasillos. Sin embargo, se desaconseja el uso de guantes.
GRUPOS DE CONVIVENCIA EN INFANTIL
A las medidas de distanciamiento habrá una excepción, según recoge el protocolo propuesto por la Xunta, que da la posibilidad a los centros de crear «grupos de convivencia estable» en las etapas de Infantil y Educación Primaria de hasta un máximo de 25 alumnos.
Estos grupos, que serán permanentes y contarán con un tutor responsable, «podrán socializar y jugar entre si sin tener que mantener la distancia interpersonal de forma estricta», aunque «evitarán la interacción con otros grupos del centro educativo».
En todo caso, también para los más pequeños, se hará hincapié en la necesidad de higiene de manos, aunque no se pondrá gel hidroalcohólico a disposición de los alumnos de los primeros niveles por el riesgo de que lo ingieran.
En el caso de Infantil y los primeros cursos de Primaria, el protocolo apuesta por el uso «individual» de los puntos de juego y la desinfección de los materiales. La merienda «se realizará de forma individual en espacios diferenciados» y se procurará la distancia entre grupos en los recreos, eliminando el uso de toboganes o areneros.
RECREOS E HIGIENE EN EL AULA
Excepto para los alumnos más jóvenes, el documento establece el uso obligatorio de mascarilla en los recreos. Además, de ser posible, se establecerán turnos para descansos escalonados, evitando grandes afluencias.
De forma genérica, los espacios deberán garantizar una distancia de, al menos, 1,5 metros en grupos de 50 alumnos, para lo que el protocolo permite a los centros optar por recreos más cortos o, incluso, recreos en el aula. En el suelo se instalarán marcas para recordar la distancia de seguridad.
En el caso de la clase de educación física, los ejercicios serán individuales en la medida de lo posible, minimizando el uso de materiales que tengan que ser empleados por varios alumnos y procurando su desinfección después de su uso.
En el aula ordinaria también se promoverá que cada alumno tenga su material de uso individual y la limpieza frecuente de las aulas, así como la ventilación. De hecho, el protocolo apuesta por «mantener las ventanas abiertas todo lo que sea posible».
Se incidirá de forma especial en la higiene de manos, sobre todo a la entrada y salida al centro y los aseos se limpiarán, al menos, tres veces por jornada. Habrá un refuerzo de personal para vigilar el cumplimiento de las medidas en recreos y aseos, entre otros momentos.
COMEDOR Y TRANSPORTE
El uso del comedor quedará limitado a la capacidad suficiente para que el alumnado esté separado por 1,5 metros o un metro si no están uno frente a otro. Para aumentar la capacidad, podrán hacerse varios turnos y se intentará que los escolares se sienten agrupados por aulas, para mantener la continuidad de grupo.
En el caso del transporte escolar, el aforo de los vehículos será el determinado en cada caso por el órgano competente. Inicialmente, podrán emplearse todas las plazas, siempre con uso de mascarilla.
El aforo a las bibliotecas quedará reducido al 50% de su capacidad y se mantendrán las mismas normas que en el resto de las aulas. Habrá préstamo de libros, pero tendrán que ponerse en cuarentena durante 24 horas tras su devolución.
GESTIÓN DE LOS BROTES
Dentro de este protocolo también se establecen indicaciones para la gestión de los brotes, que pasan porque todas las personas que tengan síntomas sean aisladas cuanto antes en un espacio individual y se dé información a las autoridades sanitarias.
Si se produce un positivo, esto podrá suponer el cierre temporal de todo el aula, mientras que si se detecta un brote (al menos tres casos en siete días), el protocolo plantea el cierre de todo el nivel educativo o, incuso, de todo el centro, si así lo aconsejan los expertos. Los centros que se cierren deberán volver después a su actividad de forma paulatina por fases.
Cada centro deberá elaborar un plan de adaptación a la situación actual específico, así como un plan de contingencia si se detectan casos. Se fomentará la formación relacionada con la higiene y la prevención de contagios, así como el empleo el aula virtual, siempre que sea posible, por su es necesario habilitar de nuevo la teleformación. De cara al inicio de curso, la Xunta ha informado de que se realizarán test serológicos de doble blanda a todo el personal de los centros educativos.