Galicia ultima la preparación para la selectividad. A falta de un mes para las pruebas de la ABAU, que se celebrarán entre el 7 y el 9 de julio en su convocatoria ordinaria, este viernes se han dado a conocer las medidas organizativas para garantizar la seguridad de los miles de alumnos y docentes que acudirán a las diferentes sedes por el territorio.
La principal novedad de esta planificación, completamente orientada a atender la situación provocada por la crisis sanitaria, es la dotación de recursos disponibles: se multiplican las comisiones delegadas (serán unas 56), habrá menos alumnos por aula, los estudiantes estarán más distribuidos, y también se contará con muchos más docentes y vocales para vigilar el cumplimiento de las medidas de seguridad.
Todo ello estará planificado, según ha explicado a Europa Press Pedro Armas, delegado de la USC y vicepresidente de la CIUG, para evitar que se produzcan aglomeraciones, reduciendo «prácticamente a la mitad» el número de alumnos por aula y multiplicando, en consecuencia, los recursos docentes necesarios.
En este sentido, Armas ha valorado la «buena predisposición» desde los centros para participar en las comisiones, en las que colaborará «mucho profesorado» de enseñanza media.
La organización se a calculado teniendo en cuenta la matrícula habitual de estas pruebas, que suele superar los 10.000 alumnos, y será diferente en el caso de los que realicen en las universidades de Santiago y Coruña, por un lado, y la de Vigo por otro.
En los dos primeros casos, las pruebas se realizarán en todas las facultades con módulos inferiores a 50 alumnos. En Vigo se realizará un modelo combinado por la mayor dispersión, de modo que algunas comisiones se ubicarán en pabellones o institutos comarcales para aprovechar el área de influencia y lugares de origen, como Tui o Ponteareas.
Cada lugar tendrá una organización específica, y contará con la colaboración de los ayuntamientos y las Diputaciones para realizar traslados de materiales y otras casuísticas.
CONTROL DE ACCESOS
El papel del profesorado será esencial durante la realización de los exámenes, y habrá una mayor dotación tanto para controlar los exámenes como el movimiento en pasillos, corredores, descansos y en el entorno del centro.
La figura de los presidentes de las comisiones cobran así un «mayor protagonismo este año, ha añadido armas, puesto que van a ayudar en el diseño del circuito de acceso al centro y el movimiento de personas en el inmueble.
El alumnado accederá a las sedes formando colas manteniendo las distancia interpersonal y se realizará secuencialmente. Para las pruebas en sí, cada aula se organizara intentando dejar tres pupitres de separación por fila y de modo escalonado con respecto a los espacios de atrás.
También se ha alterado el horario y la distribución de las materias, mediante la distribución de las troncales, las que cuentan con mayor alumnado, en los dos primeros días.
MASCARILLA OBLIGATORIA
Esta organización se verá acompañada, del mismo modo que en otro tipo de protocolos, de la consecuente distribución y dotación de materiales sanitarios.
Cada sede tendrá geles, mascarillas de repuesto (serán obligatorias), cartelería e incluso bolígrafos desinfectados de substitución, además de relojes bien visibles para controlar el tiempo.
Los alumnos podrán llevar consigo sus efectos personales y mochilas, que estarán a la vista a su lado, y todos los aparatos electrónicos desconectados.
También se ha descartado la apertura de comedores para evitar aglomeraciones, de modo que los aspirantes llevarán su propia comida y bebida en el caso de que no regresen a sus hogares durante el periodo intermedio y puedan utilizar los espacios del campus (sobre todo, aquellos situados al aire libre).
PROCESO ORGANIZADO
El desarrollo de los exámenes seguirá unos pasos predeterminados. Los vocales serán los encargados de entregar los formularios, y la recogida se realizará de modo organizado y evitando aglomeraciones. Las salidas serán de forma espaciada, y los alumnos no podrán permanecer en los pasillos.
Las sedes contarán, además, con un proceso de limpieza que se realizará varias veces al día, en términos similares a otros protocolos para centros educativos o de otros sectores (desinfección de aulas, centros y baños varias veces al día).
De hecho, los correctores recibirán los exámenes con al menos 24 horas de margen temporal, y se utilizará un gel virucida en cada uno de los formularios utilizados por el alumnado. Además, se incluyen procedimientos de acción ante casos potenciales y para evitar contagios.
Armas confía en que este nuevo protocolo ofrezca «tranquilidad» a las familias y que se cuente con la suficiente antelación para garantizar el desarrollo de las pruebas con la «mayor normalidad» posible y teniendo encuentra las circunstancias.