La memoria de Emilio López Pérez, ‘Milucho‘ (Monforte de Lemos, 1952), es también la memoria de la lucha de un pueblo. Cofundador de Comisións Labregas, es considerado uno de los precursores del nacionalismo agrario en Galicia. Su voz se levantaba entre la multitud durante los años setenta y ochenta. ‘Milucho’ vivió aquella primera gran tractorada que paralizó las carreteras gallegas para protestar contra la cuota empresarial.
Fue diputado autonómico por el BNG entre el 1994 y el 2005. Seguidamente, entre el 2005 y el 2009, ejerció de delegado de Medio Rural en Lugo. De esas etapas recuerda su fijación por emprender las concentraciones parcelarias, que solo habrían de hacerse “con la convicción de los vecinos”. Este sábado 1 de febrero, la Federación Rural Gallega ( Fruga) le rinde homenaje a ‘Milucho y a otros compañeros que defenderon los intereses de quiénes trabajaban la tierra en unos años complicados.
LUGO XORNAL: ¿Cómo recibe este reconocimiento después de todo este tiempo?
MILUCHO: Yo lo entiendo como un homenaje colectivo. Me recuerda una etapa en la que nos juntamos varios gallegos y gallegas, comprometidos con cambiar la situación de terrible opresión que sufría el campo. Es bueno recordar que nos enfrentamos a aquellas medidas totalmente injustas, como era la cuota empresarial, pero también es una forma de continuar hacia delante con el sindicalismo agrario y la lucha rural.
LX: Actualmente, ¿percibe fuerza para continuar con esa lucha y defender los intereses de las agricultoras, ganaderas…?
M: La presencia agraria ha aflojado mucho en general. Cuando nosotros comenzamos en este movimiento, la mayoría de la gente ocupada en Galicia era labradora. Era el sector mayoritario, con más de medio millón de personas dadas de alta en la Seguridad Social agraria. Hoy en día, la evolución de la economía y de la sociedad han provocado que el propio mundo rural haya perdido mucho peso. Pero tenemos que insistir en que los labradores siguen siendo importantes para que viva Galicia entera, su economía, su cultura…
LX: Usted protagonizó hitos históricos como el que supuso la Asamblea Agraria celebrada en el Pabellón de los Deportes de Lugo en el año 1977.
M: Aquello fue un fenómeno para mí y para mucha gente. Era casi como una visión. Recuerdo que estábamos esperando a ver si se llenaba el pabellón, pero luego veíamos que no paraba de entrar gente. «¡Esperad, esperad, que están llegando más personas!» Llegaban autocares de As Encrobas, de Viveiro… Tuvimos que abrir las puertas para que nos escuchasen desde la explanada exterior. Es una de las imágenes más impresionantes que recuerdo.