Galicia no es un lugar considerado de “sol y playa”. Por el contrario, sí es un lugar de gastronomía, enología, turismo rural y visitas a ciudades y villas del Camino. Este último es uno de los principales motores turísticos y ante el temor de un hundimiento en las visitas para el Año Xacobeo de 2021, ya son numerosas las voces que piden una prolongación al 2022. Así pues, ¿qué puede cambiar dentro de la hostelería cuando pase la COVID-19?
¿ERTE, COBERTURAS, AYUDAS, PAN PARA HOY, HAMBRE PARA MAÑANA?
La cobertura por ERTE para empresas, las ayudas para el empresariado autónomo y el 70% de la base reguladora para los y las trabajadoras, son algunas medidas tomadas por el Gobierno central. Dentro de la hostelería y desde la perspectiva de los representantes sindicales, el problema de fondo es que “estamos ante una masificación turística, una burbuja que puede explotar” dice Leo Cruz de CUT hostelería. “No nos parece de recibo que desde el comienzo de la pandemia se recurriera al ERTE express sin garantías de que se pudieran gestionar 4 millones de expedientes”.
La sensación es que el Gobierno central quería evitar un conflicto social sin precedentes. “Los ERTE son un amortiguador de la crisis sanitaria porque permite seguir pagando a los trabajadores” señala Lucía Trenor, de CCOO Servicios. Trenor lo que no entiende es la postura de algunos sectores de la patronal cuando critican las medidas del Gobierno cuando “quedas exonerado de pagar las cotizaciones de los trabajadores”.
“Las medidas del Gobierno son insuficientes, además, la clase trabajadora enfrenta una rebaja salarial importante con la aplicación de los ERTE” señala Roberto Alonso, de CIG Servicios. La cuestión para Alonso es que la rebaja salarial traerá en paralelo una caída del consumo y esto, finalmente, redundará en una situación de inestabilidad económica.
“Tenemos una patronal muy llorona” dice José Antonio Boullosa, UGT. “Ya costó que en Ourense y Lugo aceptaran el salario base de 950 euros y en la provincia de A Coruña el convenio lleva dos años paralizado”. Esta actitud “llorona” de la patronal para Boullosa es sintomática de la necesidad de cambios dentro del sector, cambios laborales, salariales y sociales.
En tal caso, los ERTE así como el deber de preservar seis meses el puesto de trabajo, no son garantía de futuro, por lo que se deduce de lo que dicen los sindicatos. Ahora mismo, las circunstancias a corto y medio plazo no ofrecen ninguna seguridad laboral a los y a las trabajadoras del sector. Incluso a las puertas del Xacobeo 2021.
UNA BREVE DESCRIPCIÓN
A día de hoy aún hay un gran número de personas que siguen sin cobrar sus ERTE. Hay quien apunta que la Xunta extendió el período de verificación de los ERTE y ve en esto una maniobra nada clara. Y mientras, los países de la UE han acordado fondos para la reconstrucción luego de la pandemia, mas dejará las cosas como estaban?
“Pelean por el pastel del turismo, en el caso del Xacobeo 2021 una posible ampliación al 2022 se tendría que ver bajo que condiciones laborales se hace” dice Leo Cruz, quien ve en esa hipotética ampliación una extensión temporal de una precarización laboral que da por sentada durante lo 2021. “Contrataciones por días, por horas, la calidad de vida de los y de las trabajadoras bajará dentro de un mercado laboral escravizante”.
“No olvidemos la costumbre de pagar en B parte del salario, que impidió a muchos y muchas trabajadoras incrementar las cotizaciones” dice Lucía Trenor. Y no es esa la única mala praxis, pues cómo dice José Antonio Boullosa, la actual situación puede venir bien para que “haya más control y así los establecimientos ilegales o que incumplían la ley, acaben cerrando”.
CONSECUENCIAS
Los sindicatos creen que efectivamente, la actual situación puede «limpiar» un sector donde abundan los pequeños negocios de autónomos, muchas veces casi al límite de la ley en cuanto medidas de higiene y seguridad laboral. Junto a esto, el control de aforo y el control de horarios son también caballos de batalla que empleados y empleadas llevan décadas pidiendo.
“El turismo no va a venir como en otros años, por lo menos en este verán” dice Boullosa. La situación en que quede el sector dependerá de su capacidad de adaptación. “Algunos pequeños y medianos querrán seguir aplicando la ley de la selva, con locales inadecuados”. No obstante y aunque recurran a precios y salarios bajos, Boullosa estima que en Galicia el número de locales acabe bajando a más de la mitad.
“Estamos preocupados porque no sabemos si las líneas de ayuda podrán continuar para las pequeñas empresas” dice Lucía Trenor o se “habrá más medidas para proteger a la mayoría”. Lucía espera cambios de actitud desde la patronal, sobre todo en cuestión de diálogo. Junto a eso, el respeto al salario mínimo y sobre todo, aumentar la inspección laboral con la incorporación de más personal.
“Tenemos los empresarios que quieren todo y los que quieren calidad pensando en el futuro” según Roberto Alonso. La cuestión es que una vez superada a desescalada, en caso de recuperación de los puestos de trabajo, las empresas hosteleras podrían rebajar salarios. Esto ahondaría más la diferencia salarial “entre las camareras de cuartos en hoteles y otros empleados” dice Alonso, en referencia a un sector feminizado y con condiciones laborales muy duras.
El estado de las cosas que puede quedar será algo semejante a un ambiente donde “solo las grandes compañías, grandes hoteles y restaurantes podan competir” dice Leo Cruz. Así de esta manera, si no hay una revisión del sector, es posible que, como concluyen las fuentes sindicales consultadas, pueda quedar solo un oligopolio repartiendo la tarta del turismo en Galicia.