Javier tiene cuarenta y nueve años y la crisis de 2008 lo cogió de comercial. “Acabé muy quemado de las ventas”, después se sumó una situación personal que acabó complicándose y finalmente, vivir en la calle. Mediante los programas de ayuda social y su voluntad de cambiar la situación, fue descubriendo la “mi vocación tardía, los temas sociales”.

El paso del tiempo no le restó fuerzas para seguir adelante, pero ve que las cosas parecen tener un color muy distinto a las que aparecieron hace más de una década. “Por aquel entonces fue una crisis financiera, pero ahora es diferente porque se ha parado toda la economía mundial”. Por eso Javier, como muchos y muchas de sus colegas en diferentes movimientos sociales, creen que las políticas deben cambiar profundamente para no dejar atrás a los más débiles.

LA MILITANCIA SOCIAL

A pesar de vaivenes en su vida, Javier es voluntario, coordinador del grupo de Participación de EANP España y también está dentro del grupo de participación de Galicia. A eso súmale el ser coordinador para el Encuentro Europeo de Participación.

“También estudio oposiciones para administrativo del Estado, tengo casi cincuenta mas no me riendo”. Comenzó la carrera de Derecho, mas la dejó por cuestiones profesionales y personales. “Ahora intento reinvertarme hacia el mundo administrativo, a mí siempre me gustó estudiar”. Antes del estado de alerta, mantenía una cierta disciplina para estudiar los temarios pero con el confinamiento “me cuesta mucho, porque estar todo el día en casa y no poder caminar, es un estrés que se lleva mal”.

Javier también se introdujo poco a poco en movimientos sociales para ayudar en la visibilización de los colectivos menos favorecidos. “Ser activista en iniciativas sociales permite que puedas mostrarle a la gente la otra cara de la moneda”. Preguntado si alguna vez pasó por situaciones como un desahucio responde que “no, no pasé por esa tragedia pero conozco a gente que sí”. Por eso ve favorable que se prohiban los desahucios durante el estado de alarma.

Desde su posición, cree que el tema habitacional tiene solución, el caso es que existen problemas que tiene una solución a medio plazo por lo menos. “Muchas viviendas están en manos de fondos de especulación y eso no se debería permitir”. Considera que los estados habían debido forzar “que no se especule con la vivienda, sino facilitar el acceso a quién no tiene recursos para una vivienda digna”.

Tanto para Javier como para las personas con las que está involucrado en movimientos sociales, parte de la solución está en “potenciar el alquiler social, ayudas para ese alquiler”, porque ahora mismo “el problema no es hipotecario sino de alquileres”. Para él es importante que se haga gasto social en colaboración con toda la UE, pero “Europa no está para colaborar mucho”.

LA OBSCENIDAD FRENTE A SOLIDARIDAD

Cuando la COVID-19 ya se había instalado en Italia de manera dramática “España fue a rebufo de los italianos y detrás de España fue Francia”. Nadie estaba preparado para una cosa así. Javier está convencido que “esto pudo ser una tragedia mayor de no haber tenido el sistema de sanidad pública que tenemos, ellos fueron los que sintieron en primer lugar a brutalidad de la pandemia”.

Gracias a su activismo, Javier conice cómo se desarrollan soluciones en otros países para hacer frente a pandemia y, dentro de sus posibilidades, evitar una quiebra económica y social. “Me parece obsceno lo que hace la clase política de este país” dice con indignación. “Envidio lo que hacen en Portugal, oposición y gobierno como un puño, porque de una tragedia como esta no se pueden sacar ventajas electorales”.

Javier considera que la oposición en España se comporta de una manera “vergonzosa” y que el Gobierno central pecó de no dialogar más. “Por eso digo lo de Portugal, a veces tendrían que darnos lecciones en casos así”.

“Que la Xunta quiera ampliar la 1.200 camas a oferta de los hospitales es rédito electoral” deduce Javier, aunque en este punto considera que cualquier cosa que sirva para reforzar la sanidad pública “que fue salvajemente recortada, bienvenido sea”. Por eso, tanto él como todas las personas involucradas en movimientos sociales esperan que las administraciones pongan todo el potencial en la sanidad pública.

Javier cree que el estado de alarma está sacando lo peor de cada persona. “Porque cuando hay gente que intenta sembrar odio, ese odio arraiga muy bien en medio de estas situaciones”. “Hay muchos pseudigitales que esparcen muchas mentiras. Hay grupos, partidos, que quieren fomentar odio por sus propios intereses”.