Los chalanos, las dornas, las gamelas, los galeones y otros tipos de embarcaciones que antaño navegaban por nuestras costas, forman parte de nuestro pasado económico y social. A mediados del siglo XX aun se usaba el galeón en las Rías Baixas como transporte hasta que las nuevas infraestrututras terrestres aceleraron los procesos de carretaxe y entrega.

Las artes de pesca y las embarcaciones también evoluíron para dejar paso a nuevas tipologías tanto para capturar pescado como para construir barcos. Fibras sintéticas y metal apartaron la construcción en madera. Las carpinterías de ribera fueron desapareciendo hasta quedar escasas testigos de este oficio. Luego las políticas pesqueras de la UE fueron también reduciendo el número de barcos y esto hizo que muchas naves acabaran desmontadas o hundidas.

RECUPERACIÓN DEL PATRIMONIO

“Galicia tiene uno de los patrimonios marítimos más ricos de Europa” señala Ramón Nogueira, propietario de dos dornas. “Aquí llegaron las tecnologías del Norte de Europa y del Mediterráneo. La dorna es de origen vikingo, la vela latina es mediterránea, por tanto lo que valía era empleado”. Esa tecnología creó embarcaciones como el bote de Ribadeo, un bote de trabajo, que se recuperó a partir de la década de 1950 cuando “Calvo Sotelo pasaba el verano en Ribadeo, restauró uno de esos eches para regatas y así otras personas imitaron el que hizo este político”.

El trabajo de recuperación de la memoria marinera también pasa por recuperar las viejas maneras de fondear las embarcaciones. “La foto que se puede ver en la web muestra como antes se ponían las embarcaciones sobre la arena, hoy ese varadoiro está debajo del paseo marítimo de A Guarda, como digo yo, enterraron la infancia de mucha gente” señala Cadilla.

Víctor Fernández, de la Asociación de Marineros Tradicionales de Bouzas, lamenta también la pérdida de lugares naturales donde fondear las embarcaciones. “Nosotros tenemos un pantalán donde amarramos nuestras gamelas, dornas y otros tipos de embarcación, mas no es lo que nos gustaría”. Fernández señala el pantalán como “un método idóneo para traer personas, escolares y visitantes para conocer el mundo del mar”, aun así, “hay lugares como antiguas conserveras que tienen espacios que pueden recuperarse como fondeaderos”.

La recuperación no pasa solo por restaurar o reconstruir una embarcación. La documentación sobre las características, medidas, tipos de verla y de madera que se usaba, forma parte del trabajo de recuperación patrimonial. “Yendo por casas de antiguos marineros demos con tesoros como redes de algodón, aparatos que ya había generaciones que no se veían” dice Joaquín Cadilla.

Este trabajo “es completamente altruista, hacer las velas, recuperar las cordames, buscar en documentos, todo esto para restaurar o construir réplicas” dice Manuel García Sendón. “También la manera de navegar, porque cada embarcación tenía sus peculiaridades para tripularla”.

APOYOS NECESARIOS PARA El SECTOR

“La Unión Europea ya avisó hace décadas que la pesca iba a cambiar, reducir las capturas y por tanto había que buscar vías alternativas para las villas marineras” comenta Víctor Fernández. “A España le tocó ser un país de servicios, bien, pues esto que nosotros hacemos puede ir ligado a una actividad turística como ya hicieron en otros lugares”.

“En Dinamarca la conservación o recuperación del patrimonio marítimo es casi cuestión de estado” dice Ramón Nogueira, “con creación de museos temáticos”. Nogueira considera que “si la inversión en esta actividad fuera más elevada, podría crearse un tejido de puestos de trabajo, desde la hostelería, carpintería de ribeira, turismo y mismo ayudaría a la preservación del bosque autóctono”.

“Hay que decir que fuimos despertando sensibilidades en la administración” reconoce Manuel García Sendón. “Las carpinterías de ribeira fueron reconocidas como BIC, mas el realmente importante es que podamos matricular las embarcaciones tradicionales como tal”. Este punto, la matriculación, tiene como objetivo darle entidad propia la este tipo de embarcaciones. “Podemos tenerlas matriculadas como embarcaciones de recreo, lo que queremos es una lista 0 para embarcación tradicional o histórica” reclama Víctor Fernández.

Las cuantías de las ayudas son consideradas insuficientes. “Alrededor del Xacobeo se invirtió en infraestructuras, recuperación de elementos históricos, pues la recuperación de la navegación tradicional o histórica también supondría un refuerzo de cara el Xacobeo 2021 se se articula debidamente” razona Ramón Nogueira. “La conselleira de Mar, Rosa Quintana, dice que se está trabajando en un plano conjunto para todo el potencial que puede dar esto” declara Joaquín Cadilla.

Por el de ahora, la recuperación del patrimonio marinero aun está en fase de inicio a pesar de veinticinco años de trabajo. Con todo, las diferentes asociaciones y personas implicadas esperan que la administración gallega entienda la importancia, tanto cultural cómo económica, que puede tener este tipo de actividades se se les da lo suficiente ánimo.

ENCUENTRO DE EMBARCACIONES TRADICIONALES

A Guarda celebró el pasado mes de julio el XIV encuentro de embarcaciones tradicionales donde se juntaron embarcaciones de diferentes puntos de Galicia, Norte de Portugal, Irlanda, País Vasco y otros países con tradición marinera. “El encuentro es bianual y es nuestro grande evento” dice Manuel García Sendón, presidente de Culturmar-Federación Gallega por la Cultura Marítima y Fluvial. “Comenzamos con los encuentros en 1993 en Ribeira y de ahí nació la federación después de conversas para la recuperación de embarcaciones”.

“El encuentro se organiza cada dos años por cuestiones de logística” apunta Joaquín Cadilla de la asociación Piueiro, que tiene su base en la Guarda y donde realizan su labor de recuperación material e inmaterial. “Además del encuentro, hay que transportar las naves, hay que organizar eventos en paralelo y eso lleva tiempo y necesita mucha organización”.

La Federación tiene por objetivos a preservación del patrimonio inmueble e inmaterial relacionado con las embarcaciones marítimas y fluviales. “Incluso hemos recuperado la palabra “ piueiro” la única hasta ahora en Galicia con cuatro vocales en una sílaba y que era una piedra atada a las redes para que quedaran fijadas en el fondo del mar” dice Joaquín Cadilla