-Tanto desde una posición de técnico perto también como persona, ¿cómo definirías la trata de mujeres con finalidad de explotación sexual?
Yo considero que es una situación de pobreza y desigualdad en todos los países. Se hay pobreza no hay libertad de elección, porque las mujeres muchas veces tienen que “elegir” entre una situación que no saben como va a acabar, por una situación de oportunidades. En los países de origen no hay oportunidades y el primer mundo lo que demanda es ese tipo de “mercancía” que ni se quejará ni reclamará. Por que? Porque el 95% de las mujeres prostituidas aquí son inmigrantes de países pobres.
-No hay quejas porque hay coacciones…
Sí, pero también muchas veces tenemos metido en la cabeza una especie de coacción física y violenta. La violencia puede ser psicológica y por desconocimiento de derechos. Muchas mujeres que llegan aquí no conocen la estructura administrativa ni política de este país. Tampoco conocen el entorno, porque les meten en cabeza que si la Policía procede a su detención, acabarán deportadas y nadie les hará caso porque son putas y no tienen papeles, las mafias juegan mucho con eso, con los papeles y la documentación. Además, estas mujeres vienen con la imagen de la policía de sus países, donde impera la corrupción policial. Por último, está la necesidad de esa mujer, porque vienen para mejorar su vida y la de los suyos. Lo que tienen detrás son deudas por el viaje y mantener su familia, porque tienen cargas familiares en el lugar de origen.
Si hay pobreza no hay libertad de elección
-¿Las hay que vienen con niños o que acaben teniendo niños?
Que acaben teniendo niños aquí, sí. La presencia de niños como víctimas de trata no es frecuente. Es cierto que dentro de las mujeres subsaharianas y rumanas hay mujeres menores de edad víctimas de trata, entre diecisiete y dieciocho años. Si tienen niños, los traen después, por ejemplo, en el caso de las mujeres de Colombia y Venezuela caen en redes de prostitución, luego escapan o son liberadas y luego traen a sus hijos y a las familias. Esto sucede porque, aunque estas mujeres estén ejerciendo la prostitución, no quieren que sus hijos y parientes vivan en situación de violencia. Ellas valoran mucho poder enviar a los niños al colegio o el acceso a sistema sanitario.
-¿La mayoría de ellas carecen de acceso sanitario en los países de origen?
Valoran mucho el acceso al médico. Lo primero que hacemos es contactar con ellas e informarlas sobre sus derechos. Las empadronamos para acceder a la tarjeta sanitaria para los reconocimientos médicos, pero los diferentes cambios legales de cada gobierno hace complicado el acceso a la tarjeta sanitaria. Por ejemplo, las ciudadanas rumanas, que son ciudadanas de la UE, no tienen el mismo tipo de acceso que las mujeres latinoamericanas en situación irregular. Las rumanas deberían poseer la tarjeta sanitaria europea, pero la mayoría vienen sin ella, por tanto les es más difícil acceder al sistema sanitario. Conocí casos de mujeres búlgaras que venían ya con la tarjeta sanitaria europea y no tuvieron problema.
Estas mujeres vienen con la idea de la policía de sus países donde impera la corrupción policial
-¿Qué sucede si alguna de estas mujeres queda embarazada siendo víctima de prostitución o trata?
Si se queda embarazada y quiere continuar, esto podría abrirle la puerta a la residencia, sin embargo, otras no siguen adelante con el embarazo. También están las que siguen adelante con el embarazo pero no pueden mantener los niños. Por otra parte, las avisamos de que tengan cuidado, porque los menores aquí están muy vigilados y por tanto, tienen que hacerse cargo de un menor. Libremente puede ejercer, pero debe cuidar a sus niños. Hay casos en que las mujeres ceden la tutela de los menores a la administración. También hay mujeres que contratan a otras mujeres para cuidar al niño para seguir ejerciendo. Aun así, insisti en que debemos diferenciar bien entre trata y prostitución.
-¿Por qué?
Porque si eres víctima de trata, normalmente no hay niños de por medio, porque al “tratante” no le interesa, tendría que hacerse cargo. Si hay prostitución, aunque sea por pobreza, ellas se ocupan de los niños.
-¿Cómo funciona una red de trata?
Depende mucho del tipo de nacionalidad de las víctimas. No es lo mismo la trata de Europa del Este que la subsahariana que la latinoamericana. Dentro de cada una de estas tres, también hay diferencias. La gente tiene más visibilizada una trata “tipo” que es la de grandes mafias que trasladan a las mujeres y las explotan. Hay otra trata de “tratantes informales” que implica a familiares y amigos. Incluso hubo quien fue prostituta y luego ejerce trata sobre otras compañeras. No es lo mismo traer una mujer del Brasil que una nigeriana. La subsahariana puede tener una deuda de 40.000 o 60.000 euros, mientras que la latinoamericana puede ir desde lo que cuesta un billete de avión a una cantidad mayor o a cambio de aceptar esa explotación. Muchas de esas mujeres saben a lo que vienen, pero desconocen las condiciones.
-¿Existe un perfil de proxeneta?
También depende de la nacionalidad, del lugar de origen. Realmente pasaría como una persona normal de aspecto. A veces no hay conciencia de estar cometiendo un delito, como es esclavizar y cosificar a una mujer. Hay muchos que lo ven como una manera de hacer dinero rápidamente.
-¿Y el perfil del consumidor de prostitución?
Para mí, cualquiera, no hay perfil determinado. Hay un imaginario colectivo sobre hombres con problemas relacionales, pobres o sin habilidades, y no, no es así. Hay todo tipo de hombres, profesionales liberales, con poderío social y político. Hay todo tipo de personas.
Hay quien fue prostituta y luego ejerce trata con otras compañeras
-Según documentos consultados y artículos en prensa, se está hablando de un aumento de hombres muy nuevos que consumen prostitución.
Estamos asistiendo a un momento en que el consumo de drogas y la pornografía están muy ligados a la prostitución. Muchos clientes jóvenes quieren llevar adelante lo que ven en la pornografía con las mujeres en contextos de prostitución. Para esto también están las drogas que ayudan, tanto a ellos como a las mujeres. Esto responde al aumento de pisos dedicados a la prostitución, mientras que los clubs están más controlados. Las mujeres están más desprotegidas en pisos y la demanda muchas veces es demanda 24 horas. Cualquiera que llegue a las siete de la mañana, bajo efectos de drogas, pide lo que quiere y el dueño o dueña del piso obliga a las mujeres a aceptar ese tipo de negocio. Por eso digo que tiene que ver con la falta de educación sexual igualitaria y que la mujer no sea vista como una cosa. Preocupa que la gente joven vea la prostitución como una manera de ocio. Hay una doble moral, la gente sigue pensando que lo que puedes pagar, puedes hacer lo que quieras.
-¿Es difícil que denuncien?
Nosotros trabajamos el año pasado con 22 mujeres víctimas de trata reconocidas por la Policía. Todas ellas denunciaron, no obstante, es difícil que denuncien porque juegas con el miedo. La persona que la trajo al mejor es de su mismo lugar de origen, lugares donde al mejor a vida no valle nada. Por eso muchas de ellas vuelven para atrás y no denuncian.
-Volviendo a los pisos, ¿es una manera de eludir la vigilancia de las autoridades?
Hay un enfrentamiento soterrado entre dueños de clubes y de pisos. Los primeros dicen que los pisos ocultan el tema de trata porque les quitan negocio a los clubes. Es más barato ir a un piso que a un club. En pisos entras y desconoces lo que hay. En algunos puede haber un cierto “orden”, luego los hay donde las mujeres no pueden salir, solo una hora, no pueden negarse a la demanda del cliente y juegan con el tema de los papeles. Por otra parte, es imposible saber cuál es el número de pisos existentes porque además van cambiando. A lo mejor un vecino denuncia ruido o si tienen problemas de alquiler se van.
-¿Contactáis con esos pisos?
Sí, llamando, como los clientes. Explicamos quienes somos y concertamos citas. Muchas veces vas y no abren la puerta o dicen no directamente. Los pisos son muy difíciles, no como los clubes, en el piso existe una persona que puede estar controlando directamente a las mujeres. También se debe decir que los pisos son diferentes entre sí. Los hai muy pobres, a lo mejor una mujer que por problemas económicos ejerce la prostitución allí. Los hay que son gestionados por mamis, donde alquilan los cuartos por precio fijo, la mujer que hace la plaza (habitación) solo pagada el precio fijo. Otros pagan el cuarto y un porcentaje de lo que ganan.
-¿Es frecuente encontrar mujeres con perfil educativo o profesional alto?
Las hay que sí, que por motivos económicos en su país, dejaron atrás un trabajo digno y vinieron dentro del que es un proceso migratorio. Ellas deciden hacerse cargo de sus familias porque perdieron el trabajo o no ganan suficiente.
Hay un enfrentamiento soterrado entre dueños de clubes y de pisos. Los primeros dicen que los pisos ocultan el tema de trata porque le quitan negocio a los clubes.
-¿Dentro de las redes de trata, cuáles serían las más violentas?
Las rumanas y las subsaharianas, debido a la situación que pasa la mujer. En el caso nigeniario las mujeres llegan al estrecho después de pasar por un recorrido donde fueron esclavizadas. Cuando llegan, la deuda se incrementa y como no tienen concepto del euro, creen que a lo mejor 60.000 euros es una cantidad baja. Después de dan cuenta que es mucho dinero y en el caso nigeriano juegan con la magia negra. En el caso rumano está la figura del loverboy, una figura habitual. Es gente muy próxima a ellas que las prostituye y las chulea directamente, también hay violencia física y estructural donde la mujer es vista sin derechos. Las rumanas están más controladas, cuando vienen aquí lo hacen por problemas de salud. A las pequeñas mafias les da igual como esté, les hacen trabajar mucho y a veces hay embarazos no deseados, problemas de enfermedades de transmisión sexual y pueden usar el aborto como método anticonceptivo. Existe falta de cuidado físico y psíquico. Acuden pedir ayuda en el último momento o porque los traen.
-¿Cuál es el trauma más habitual en las mujeres prostituidas y que pasos se dan para la recuperación?
Cuando vienen comenzamos un proceso de recuperación personal, de derechos, porque en Galicia la Xunta reconoce la víctima de trata como víctima de maltrato y pueden acceder a la ayuda de 600€ al mes y de reconocimiento médico. A partir de ahí comienza un proceso de ayuda psicológico que puede ser aquí o son derivadas a otras unidades. Todo esto supone coger confianza con la mujer, fortalecerla y que pueda afrontar la decisión. Muchas tienen estrés post-traumático, adicciones, sensación de ser sucias, de no volver a ser las mismas y sobre todo la sensación de fracaso por no enviar dinero a las familias, para ellas volver sería un fracaso. Cuando son liberadas les explicamos que hay varias situaciones y una es el retorno. Esto lo hacemos a través de la Oficina Internacional de Migraciones, si son víctimas de trata se hace un retorno asistido. Esto vale para que puedan volver con la cabeza alta y son seguidas en sus países. Otra cosa son las deportaciones. En el caso gallego, al no existir un gran peso de la inmigración no hay deportaciones masivas o inmediatas, hay casos, pero no es habitual. En el caso de prostitución, tienen derecho al “período de reflexión”, donde la mujer puede valorar si quiere denunciar o no.
-¿De dónde proceden las mujeres con las que contactáis?
La mayoría de América Latina, subsaharianas hay muy pocas.
-¿Abolición de la prostitución?
Sí. Es difícil de conseguir porque consideramos que no es un trabajo, afecta sobre todo a mujeres pobres. En una sociedad desigualitaria es difícil que esto acabe, porque los hombres demandan prostitución en una sociedad en que acceder a las relaciones sexuales no es tan complicado como hace años. El perfil de la prostitución se ha vuelto violento, agresivo y muy indluido por internet. La prostitución de hace 25 años es muy diferente a la de ahora.
A veces hay embarazos no deseados, problemas de enfermedades de transmisión sexual y pueden usar el aborto como método anticonceptivo
-¿Hacéis talleres en centros educativos?
Sí, desde hace años. Si hay algún centro que demande una charla, nosotros vamos, pueden ser centros educativos, universitarios y de otro tipo. Primero trabajamos en tema de igualdad de género, si nos dan la oportunidad y hay tiempo, hablamos de la violencia de género y por último metemos la prostitución y la trata, porque sinó no tiene sentido hablar solo de prostitución si no abordas los otros puntos. También abordamos lo que son los tópicos, los mensajes dentro de los medios, usamos entrevistas propias que hacemos nosotros, intentamos ponerle cara a la situación. También queremos mostrarles como son esas mujeres, que vean más allá de la prostituta, por eso usamos un lenguaje diferente. De la misma manera, también pedimos que el foco no se ponga solo en la mujer, sinó en otras personas implicadas. Todo esto también depende de la programación de cada centro educativo, si quiere que vayamos o no, pero en los últimos años hemos tenido mucho acceso a los institutos y centros de enseñanza.