Las comarcas de A Coruña y Ferrolterra concentran un número importante de empresas con un denominador común, tener a Inditex como el principal o uno de los principales clientes. Cada una de estas empresas ofrece al gigante de la moda soluciones en carpintería, ebanistaría, metal, estructuras y pintura, además de otros servicios. En número de trabajadores, solo Ferrolterra tiene mil personas empleadas entre varios grupos empresariales y pequeñas empresas. El número total estaría entre los 2.000 y los 2.500 trabajadores, según los cálculos de Galicia Confidencial.

Casi todas estas empresas cuando ofrecen los servicios, no es estraño que envíen equipos de obreros fuera de Galicia, tanto al resto del Estado como al extranjero, desde países de la UE a lugares como EE UU, China, Arabia Saudí y dónde sea preciso. La cuestión es que estos especialistas aun fuera del territorio gallego, están siempre cubiertos por el convenio laboral provincial de su especialidad. Los salarios son los marcados en el convenio, los pluses son los establecidos en el convenio y la ley laboral por tanto, sería la del Estado español.

DEPENDENCIA

La dependencia casi en exclusiva de los trabajos para Inditex se vio afectada por el freno brutal que fue la COVID-19. Todas las empresas solicitaron ERTEs para hacer frente a la incertidumbre del momento y del comprado. Inditex bajó el ritmo de creación de nuevas tiendas y esto se tradujo en la busca de nuevos clientes. “La mayoría de estos empresarios comenzaron con empresas familiares, tal fue el caso de Grupo Cándido Hermida” dice Armando Carril de la CIG. “Luego fueron ampliando y creciendo gracias a la aparición de la empresa de Amancio Ortega”.

La dependencia “es muy peligrosa” puesto que tanto los precios como la cantidad de trabajo están casi en manos de un único cliente. Ese cliente siempre quiere unos costes bajos. Sumado a esto, había una tendencia a no buscar clientes fuera del marco establecido. Ahora algunas de ellas hicieron contrataciones con otras empresas que también quieren “un buen trabajo a precio bajo”.

“Inditex les ofrecía las indicaciones enviando los modelos de tienda que quería” dice Marcos Sánchez, que negocia el ERTE en Grupo Cándido Hermida. Este grupo empresarial de Narón amplió su oferta de servicios diversificando dentro del mismo sector. A día de hoy se sabe que tiene trabajos dentro de la construcción naval fuera de España, segundo dice el propio Sánchez, también de la CIG.

CONDICIONES

La mayoría de estas empresas (Grupo Caamaño, Grupo Ramón García, Grupo Malasa entre otras) se rigen por convenios provinciales sectoriales. Dichos convenios son los que afectan a los y a las trabajadoras, mismo fuera del territorio gallego y estatal. Por ejemplo, aparte del establecido en el convenio provincial para carpintería y ebanistaría de A Coruña, aquellos trabajadores que viajen fuera “tienen unos incentivos a mayores, unas dietas que no suficientes” señala Alejandro Bello de CCOO Construcción en Ferrol.

Los salarios promedio están entre los 1.150 o 1.300 euros. Los desplazamientos incluyen unas dietas que en algunos casos pueden llegar a 35 euros como máximo, que es lo marcado en el convenio de A Coruña. “Ese incentivo en países como Francia, Bélgica o Alemania no llega para hacer frente a lo que es el gasto diario de una persona” dice Alejandro Bello. “Es posible que con esos pluses podan reunir algo más de 700 euros, para hacerlo sabemos de gente que renuncia a una comida al día”.

Fuentes de UGT señalan por ejemplo, que los trabajadores y trabajadoras de Grupo Caamaño que realizan obras fuera de Galicia, están bajo contratos de movilidad. Esta movilidad supondría un incremento salarial importante dependiendo del lugar para donde van. “Estos trabajadores pueden ganar 2.000 euros, todas las extras o pluses van dentro de la factura que paga el cliente”. En el caso de Caamaño, los equipos laborales enviados al exterior, “cobran por encima de convenio”. El convenio en este caso es el del metal de la provincia de A Coruña. Este convenio tiene que ser actualizado al finalizar en 2019.

Por otra parte, la cobertura de la Seguridad Social, mismo dentro de la Unión Europea, no garantizadora una atención rápida la una persona accidentada o con una enfermedad fuerte. Obviamente, el terreno más “arriesgado” para accidentes y dolencias son países donde las condiciones laborales son pésimas de manera xeralizada. “Pensemos en países donde tendrían que pagar de su bolsillo a asistencia médica”.

“Hacen muchas horas de trabajo extra, entre 12 y 16 horas y a veces, si viajan fuera, pueden ir como turistas” dice Marcos Sánchez. En recientes protestas de los trabajadores de Cándido Hermida, se apuntó que en ocasiones los propios trabajadores tuvieron que adelantar dinero para pagar el sobrepeso de cajas de herramienta. “Si trabajan en Suiza, este país deber a las empresas a pagar según el convenio suizo, ese dinero pagado de más es reclamado por la empresa aquí”. “Sabemos que en Francia no se pueden hacer más de ocho horas” dicen desde UGT A Coruña. “También depende del país donde estés trabajando, así se aplican unos horarios determinados”.

Las empresas que ofrecían en su momento servicios a Inditex, crearon un ecosistema laboral entre A Coruña y Ferrol que incluye entre 2.000 y 3.000 personas. Además, existen pequeños talleres que son subcontratados para trabajos puntuales, así que, entre puestos directos e indirectos, los cálculos pueden dar unas 4.000 personas vinculadas a este tejido empresarial que nació a la sombra de la multinacional de la moda.

La COVID-19 y la paralización laboral que supuso, sacó a relucir la fragilidad de un tejido industrial muy endeble y con una dependencia casi absoluta de un único cliente. La parálisis económica obligó a la apertura y búsqueda de nuevos clientes y en algunos casos, a la absorción de unas por otras. Las condiciones laborales están en el punto de mira sindical, después de que cuadros de personal completos teman por su futuro después de los ERTE en que entraron cada uno de estos grupos empresariales.

Para el caso de los y de las trabajadoras que se desplazan fuera de Galicia, los convenios laborales provinciales son complementados con dietas que, a veces, no son bastante para hacer frente a gastos relativos a los desplazamientos o mantenimiento. Por ahora las condiciones no han variado mucho según los representantes de los planteles.

Nos hemos puesto en contacto con empresas de este sector de servicios. Algunhas no han respondido y otras indican que es política de empresa no hablar de temas internos.