Son muchos los bulos que rodean esta nueva enfermedad y eso aumenta la alarma entre la población. Los recuentos diarios de nuevas personas afectadas generan nerviosismo, pero lo cierto es que el Coronavirus tiene un grado de letalidad mucho menor que otras epidemias y que la propia gripe común. Además, su nivel de contagio no es de los más altos: el Coronavirus suele alojarse en las gotas de saliva de tamaño medio, de manera que si nos posicionamos a un metro o metro y medio de nuestro interlocutor, esas secrecións que producimos al hablar y que podrían contener Coronavirus caerán al suelo y no llegarán a nosotros.
El Coronavirus es un tipo de virus que muta muy rápido y suele adaptarse con facilidad a nuevos huéspedes, pero existen desde hace bien años. La tos seca, fiebre, poca congestión y dolores musculares son los síntomas más habituales de esta enfermedad, que además, tiene un período de incubación de 2 a 3 semanas. Por lo de ahora, ninguna crianza se vio afectada por este virus, y los expertos reconocen como ‘paciente tipo’ a los hombres de unos 45 años. En este propotipo, la mortandad no supera el 0,3%. Con todo, en el grupo de mayor riesgo se encuentran las personas de más de 65 años con enfermedades cardiovasculares previas.
Frente a los interrogantes y frente a lo desconocido, aquí van diez dudas resueltas de la mano de la jefa del Servicio de Medicina Preventiva y Salud Pública del CHUAC, María José Pereira.
¿Qué tipo de enfermedad es el Coronavirus?
Es un tipo de gripe. La familia de los Coronavirus son virus conocidos que provocan normalmente infecciones respiratorias muy similares al cuadro clínico de la gripe común. Desde hace casi 20 años, tuvimos en tres ocasiones la aparición de una nueva variante. De hecho, el COVID-19 es una de esas variantes dentro de la familia del Coronavirus. La información que tenemos es que es clínicamente muy similar, tanto en la forma de presentación como en la gravedad, a una gripe que aparece de forma epidémica todos los inviernos en nuestro país. Sí que es cierto que como es un virus nuevo que está en una fase especialmente sensible porque podría mutar y porque queremos que no se incorpore a la batería de gérmenes que circulan en nuestro entorno, estamos haciendo un plan especial de control.
¿Cómo funciona este plan que se puso en marcha?
Es un sistema de vigilancia específico que tiene que ver con la necesidad de identificar lo antes posible aquellos pacientes que pudieran ser portadores de este virus, para diagnosticarlos, tratarlos, y a ser posible, evitar o minimizar la posibilidad de transmisión que estos pacientes enfermos pudieran hacer del virus a la población. Esta es la fase en la que estamos. Se llama fase de contención, porque lo que queremos es evitar la transmisión continuada y sostenida del virus.
¿Cómo se transmite este virus?
Se transmite cuando tosemos, hablamos o estornudamos y soltamos pequeñas partículas de saliva de micras que pueden llegar directamente en ese momento a las mucosas de otras personas. Además, si yo estoy hablando, contamino mi entorno, por lo tanto, si luego viene otra persona y toca primero ese entorno contaminado y, luego, sin lavar las manos, toca ojos, nariz y boca, puede contagiarse.
¿Cuáles son las medidas preventivas que debemos tomar para no contraerlo?
Ahora mismo la población tiene que saber que si no tuvo viajes a zonas de riesgo ni contacto con casos confirmados, lo que tiene que hacer es llevar una higiene respiratoria básica, evitar toser al vecino, emplear paños y utilizar el codo para evitar que los estornudos contaminen el entorno, y hacer un lavado frecuente de manos con agua y jabón. Con esto es suficiente.
Una persona que estuviera en zona de riesgo también tiene que hacer vida normal, pero en el momento en el que inicie síntomas debe quedar en casa y llamar al 061 para iniciar todo el proceso diagnóstico con el menor riesgo posible para el paciente y para su entorno.
¿Tiene sentido el uso de mascarillas?
No tiene utilidad ninguna el uso de mascarillas preventivas en esta situación. La única utilidad fuera de un entorno sanitario tiene que ver con evitar la propagación de gérmenes en pacientes que ya están enfermos para minimizar el riesgo de contagio al resto de la población. Mas no sirve de nada que una persona sana se ponga una mascarilla a las ocho de la mañana y la tenga todo el día.
Si se contrae, ¿cuál es el tratamiento?
Se están probando tratamientos específicos, pero ahora mismo se aplica un tratamiento de soporte, sintomático. Estamos aprendiendo cada día, sólo llevamos dos meses con este virus circulando. El cuadro para una persona que no tenga factores de riesgo es muy similar al de la gripe, pero si lo relacionamos con enfermedades crónicas o edades avanzadas, el tratamiento quizás debe ser mantenido durante más tiempo.
¿La tasa de mortandad sigue similar a la de la gripe convencional?
Es similar, en torno a un dos o un tres por ciento. Fuera de China la mortalidad es menor, porque el esfuerzo que se hace por diagnosticar los casos rápido hace que nos encontremos pacientes leves, muy iniciales.
¿Se debe evitar viajar?
Hay unas recomendaciones que dio el Ministerio de Sanidad que hacen referencia, sobre todo, a las zonas de especial riesgo. No está contraindicado viajar, pero si se pueden posponer, idealmente es mejor que se haga. Cualquier cuadro respiratorio a la vuelta de esos viajes debe ser tratado como sospecha, y eso provoca un impacto en el paciente y en la población. Pero no hay en ningún caso cierre de fronteras ni prohibición de viajar.
¿Está justificada la alarma social que se generó en torno al Coronavirus?
Entiendo que la población, y esto implica mucho a los medios de comunicación por la gestión que se hace de la información, pueda sentir una sensación falsa de peligrosidad y alarma. Tenemos que diferenciar entre alerta y alarma. Nosotros estamos en alerta, estamos intentando maximizar todas las medidas de vigilancia porque no queremos que este virus se incorpore a nosotros. Pero si la población despierta cada mañana con un recuento de muertos y de nuevos casos, lógicamente esa sensación de alerta pasa a ser de alarma, cuando es precisamente eso lo que no queremos. Debe haber alerta, pero sólo por parte de los servicios sanitarios, que están preparados para diagnosticar un caso y tratarlo de la forma adecuada.
¿A dónde puede acudir una persona si precisa más información?
Hay un teléfono habilitado –902 400 116– que ofrece toda la información sobre el Coronavirus. Ahí es a donde tenemos que acudir.