Los veterinarios y veterinarias dicen estar cansados de la discriminación que supone para ellos no ser reconocidos como profesionales sanitarios. Entre los motivos que señalan para su reconocimiento como personal especializado dentro del terreno sanitario, está su función inspectora sobre lo alimentos y sobre el ganado. El colectivo apunta que la inspección es uno de los frenos para evitar la propagación de enfermedades entre el ganado y que no pasen al consumo humano.
REFORMAS DEL SECTOR
Las reformas estructurales en España después de la entrada en la UE, llevó a la reestructuración del sector veterinario. En 1994 pasaron de depender del Ministerio de Sanidad, a formar un sistema de inspección veterinaria según las directrices comunitarias. “Se perdió así la figura del veterinario sanitario, esto sobre el papel, porque en la práctica los veterinarios seguimos realizando tareas sanitarias” dice Manuel Jiménez inspector veterinario sanitario y presidente de la Asociación de Veterinarios Funcionarios de Galicia. Con el tiempo, los y las nuevas profesionales que ocuparon las plazas de los antiguos veterinarios titulares, ejercieron la clínica libre, con centros privados.
La “desaparición” del veterinario titular se hizo siguiendo la recomendación de la UE para que los países integrantes “tuvieran un sistema inspector público pero con una independencia que le permita emitir la documentación necesaria para traslado de animales y sus productos dentro de la Unión”, señala Jiménez. “De pronto pasaron de veterinarios municipales, que también ejercían una labor particular, a ser personal de la Administración con dedicación exclusiva” dice la veterinaria Pilar de Celis.
Además, no existe una ley específica para ejercer la profesión veterinaria. Existen leyes para la sanidad pública y para la sanidad animal que engloban las actuaciones de los y de las veterinarias. “Tenemos la ley General de Sanidad, donde se establece la veterinaria como una actividad dentro del sistema nacional de salud” aclara Jiménez que añade “también está la ley 8/2003 que regula la sanidad animal”.
Si no fuera suficiente con el baile de leyes y decretos sobre el trabajo de veterinario, en Galicia estos profesionales están repartidos entre cuatro consellerías: Mar, Medio Rural, Medio Ambiente y Sanidad. “Consideramos que es un punto necesario, englobarlos en una única agencia o instituto” dice José Emilio Doforno, coordinador del Sector Autonómica de CCOO en Galicia. “La creación de un organismo así es una cuestión de decisión política, en una mesa de negociación los sindicatos estaríamos de acuerdo y saldría para adelante, mas hasta el momento no hay voluntad de crear este organismo”, finaliza Doforno.
¿CÓMO ESTÁ LA PROFESIÓN HOY EN DÍA?
“El campo de la veterinaria abarca mucho más espacio del que se cree” dice Pilar de Celis. “La gente desconoce mucho en que trabajamos, porque dentro de la Administración somos los garantes de la seguridad alimentaria”. Entre las labores que refuerzan esa seguridad está el control y seguimiento de las enfermedades “espongiformes”, conocidas como “mal de las vacas locas”. Junto a esto también están los programas de erradicación de las enfermedades infecciosas dentro de la cabaña ganadera.
¿Hoy en día la profesión veterinaria tendría una buena salida profesional? “Como cualquier otra licenciatura, creo que cada vez es más complicado tener una salida fácil” señala de Celis. “También depende del lugar, porque en Galicia tenemos un sector agroganadero importante, no solo tenemos a la administración sino a empresas y a cooperativas”.
El sector veterinario en Galicia tiene sus labores divididas entre cuatro consellerías. En cada una de ellas ejerce una inspección y control sobre ganado, alimentos y medicamento veterinario, que sigue los protocolos de cada departamento. Además, como apuntan fuentes sindicales, cada consellería tiene su propio organigrama, y así el proceso de intercambio de información está sujeto a otra dificultad añadida. La reivindicación del papel dentro de la sanidad pública por parte de la veterinaria está cimentada sobre su papel de control e inspección frente las amenazas dentro del sector primario, así como del sector alimentario, tanto en lo que afecta al ser humano como a la cabaña ganadera.