La Xunta de Galicia declaraba no viable el proyecto de reapertura de la mina de Touro. El día 28 de enero de 2020 la Consellería de Medio Ambiente declaraba que el proyecto no garantizaba la «sostenibilidad ambiental». Se cerraba así un ciclo de protestas, manifestaciones, declaraciones, cruces de acusaciones entre vecinos, empresa minera y autoridades locales y autonómicas.
Aun así, el espacio de lo que fue la antigua mina de O Pino-Touro está siendo usado como una escombrera de residuos sacados de depuradoras. «Había jeringas, material de hospitales, incluso una vez pudimos ver historiales médicos tirados en medio de los lodos» señalan representantes de la Plataforma Vecinal Mina O Pino-Touro Non.
Lo cierto es que se pueden ver plásticos, cubiertas de ruedas de camiones, algunas en el cauce del río Burgo, y sobre todo, el olor. Un olor que a pesar de estar a cielo abierto, no deja de envolver a quién se acerca allí. Ni siquera los vecinos de las áreas más lejos de la escombrera no se libran. «Un vecino había llamado al 112 por el intenso olor fétido que al rededor de su casa. Llegaron los bomberos enviados por el 112 y midieron con un sensor a concentración de gases. Había la misma cantidad de metano por metro cúbico de aire que dentro de una casa, porque ellos estaban fuera, en el campo».
La empresa quiere tapar las diferentes capas de residuos dejando crecer eucaliptos. Estas plantas, al estar sobre lodos tóxicos con nitritos y otras sustancias, van secando al quemarse sus raíces. Sobre el lodo también nace hierba, pero nada impide que esa hierba vaya secando con el paso del tiempo. El riesgo está en que las aguas de lluvia no acaben provocando un deslizamento de tierras.
Un dato curioso, el espacio dentro de la corta es un humedal protegido por la UE.
Las aguas también están afectadas. El río Burgo va recogiendo todos los residuos que las aguas pluviales arrastran hasta su cauce. Del Burgo van al río Brandelos y de ahí al Ulla. Todo de manera constante. Por otra parte, el Castro da Copa, catalogado por Patrimonio, quedó sepultado bajo toneladas de basuras. Los hechos fueron denunciados al Seprona. La respuesta de esta unidad de la Guardia Civil fue que el delito había prescrito.