Mientras China ve ya la epidemia de Covid-19 como algo pasado y Europa está inmersa en un proceso de desescalada ante el retroceso de los contagios y muertes por SARS-CoV-2, el virus golpea con fuerza ahora en América Latina, que se ha convertido en el foco principal de la pandemia. La propia Organización Mundial de la Salud ha destacado que la situación actual del virus en Latinoamérica es la “más compleja» del mundo.
Con la idea de “guiar la toma de decisiones políticas a través de criterios epidemiológicos”, matemáticos gallegos han evaluado el impacto real de la epidemia en Latinoamérica, donde la vulnerabilidad de sus poblaciones –por la pobreza y las deficientes condiciones sanitarias e higiénicas– hace temer a los expertos que se produzca una catástrofe aún mayor que en Europa.
Sus autores son Marcos Matabuena Rodríguez y Francisco Gude (Unidad de Epidemiología clínica del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela), Carlos Meijide García (Universidad de Santiago de Compostela), Víctor Leborán (CiTIUS – Centro Singular de Investigación en Tecnologías Inteligentes) y Pablo Rodríguez Mier (Centro de Investigación en Toxicología Alimentaría de la Universidad de Toulouse)
En sus cálculos, han observado, por ejemplo, que “Ecuador y Brasil son los países más afectados, con aproximadamente el 3% de la población infectada”. Y advierten de que en los países latinoamericanos “aún no se ha alcanzado el pico de pacientes recién infectados”.
«LAs autoridades sanitarias cubanas seguramente actuaron de manera eficaz, como OCURRIÓ en Europa en países como Portugal Y Grecia»
“Actualmente, el número de nuevas infecciones está aumentando en todos los países examinados, con la excepción de algunos del Caribe como Cuba”, aportan en un nuevo trabajo de investigación tras haber aplicado su modelo matemático en España.
Su objetivo ha sido estimar la seroprevalencia en América Latina hasta el 7 de junio, usando como principales variables, por día, el número de individuos infectados que están incubando el virus; el número de personas infectadas que han pasado el período de incubación y, entre estas, las que no muestran síntomas o estos son leves; el número de personas infectadas que han pasado el período de incubación y muestran síntomas graves; el número de casos recuperados que aún pueden infectar, y el número de nuevas infecciones cada día.
Los investigadores señalan dos grupos diferentes en la evolución de la epidemia. El primer grupo lo forman países de América Central y del Caribe, “como Cuba y Puerto Rico, donde la situación parece estar bajo control”, indican.
“Seguramente, en una isla como Cuba, sea más fácil controlar la difusión del virus. Aunque en este caso concreto las autoridades sanitarias seguramente actuaron de manera eficaz, como ocurrió en Europa en países como Portugal y Grecia”, compara Marcos Matabuena.
Ahondando más en la comparación entre Europa y Latinoamérica, el matemático de la USC explica que “en Europa pocos países actuaron a tiempo y se tomaron en serio la evidencia científica inicial publicada en enero-febrero con los primeros estudios epidemiológicos de Wuhan sobre la elevada capacidad de difusión y tasa de fatalidad del virus”.
En el caso americano, “es un ecosistema muy rico donde hay significativas diferencias económicas, sanitarias, sociales y políticas entre países; por ejemplo, en Cuba al inicio de la pandemia anunciaron políticas sanitarias de contención del virus, mientras que otros gobiernos como el brasileño apenas introdujeron medidas o estas llegaron tarde, con los riesgos que esto conlleva debido al contraste social de este país”.
“LOS países con más infecciONES son Ecuador, Brasil, Chile Y Perú, CON UNA incidencia de entre EL 2,5 % Y EL 4 % dE LA pobLación”
El resto de países latinoamericanos los sitúan en el otro grupo, “donde la tasa de nuevas infecciones está creciendo, y esto puede indicar que una situación de epidemia es peor”.
En particular, apuntan que “los países con más infecciones son Ecuador, Brasil, Chile y Perú, con una incidencia de entre el 2,5 % y el 4 % de la población”.
“Curiosamente”, explican, “en Argentina y Colombia el número estimado de infecciones es bajo, a pesar de su situación geográfica” respecto a los países anteriormente mencionados.
En el caso de Argentina, el menor impacto de la pandemia podría explicarse porque “el Gobierno ha impulsado una dura cuarentena”, extendiendo el confinamiento de la población al menos hasta el 28 de junio, “es decir, hasta alcanzar un total de cien días». “Y en Colombia también se tomaron duras medidas de bloqueo”, aporta Matabuena.
LATINOAMÉRICA VS EUROPA
Mediante el modelo matemático aplicado observan que “la cantidad de infecciones estimadas en América Latina es menor que en los estudios epidemiológicos europeos”. Sin embargo, matizan, “para comparar rigurosamente la propagación de epidemias, hay que realizar los análisis en las mismas condiciones”.
Así, destacan que “en América Latina el número de casos nuevos está aumentando, y las medidas de bloqueo o la distancia social no pueden ser tan estrictas” en estos países como lo han sido en los europeos o China, o son “difíciles de implementar en algunos entornos, por ejemplo, en las áreas de mayor pobreza”. Por lo tanto, añaden, “es previsible que, en el futuro inmediato, el número de infecciones sea aún mayor”.
En todo caso, asumen que una “posible limitación” de sus estimaciones es que el número de muertes en estos países “puede ser mayor” que los que reflejan los datos gubernamentales.
«LOs casos reportados POR LOS gobIernos sIempre son menores que EL PORCENTAJE real de infectados, Y ESTO ES más notable en países con más pobreza O desigualdad social”
“Una corrección precisa requiere el uso de registros de mortalidad anteriores, pero esta información no siempre está disponible en la mayoría de los países considerados. De hecho, excluimos a Venezuela y otros países en el análisis debido a la mala calidad de los datos”, explican.
En este sentido, Marcos Matabuena comenta que “los casos reportados por los gobiernos siempre son menores que el porcentaje real de infectados, y esto es más notable en países con mayores niveles de pobreza o desigualdad social”.
En este contexto, insiste en que hay que “ser más cautelosos con las estimaciones en los países de América Latina que en los países europeos”.
“Seguramente, a largo plazo, las consecuencias del virus sean mucho más dramáticas en Latinoamérica, puesto que el número de infecciones sigue creciendo y todavía no se ha alcanzado el famoso pico”, concluye Matabuena.