Cuando superemos la pandemia de la Covid-19 el mundo seguirá teniendo su mayor problema por resolver: la crisis climática. El cambio climático sigue siendo el mayor reto al que se enfrenta la humanidad, pues sus consecuencias globales ya empiezan a ser catastróficas e irán en aumento: más sequías, desertificación, olas de calor mortales, incendios más virulentos y dañinos para la salud, fenómenos climatológicos cada vez más extremos, inundaciones por el aumento del nivel del mar, tropicalización de los mares, alteración y destrucción de ecosistemas, extinción de especies, millones de desplazados climáticos, propagación de enfermedades, pérdida de terrenos agrícolas, más pobreza… Los efectos son casi innumerables y nadie escapa de ellos.
El escenario para Galicia no es nada alentador. Los modelos científicos apuntan a un futuro próximo con episodios de inundaciones y sequías cada vez más recurrentes. Así lo predice un estudio de investigadoras del Laboratorio de Física Ambiental (EphysLab) del Centro de Invetigación Marina de la Universidad de Vigo y del Departamento de Física del Centro de Estudos do Ambiente e do Mar (CESAM) de la Universidad de Aveiro (Portugal).
Nieves Lorenzo e Inés Álvarez han analizado el comportamiento de la precipitación en España para el periodo 2021-2050 en dos de los escenarios propuestos por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC, en sus siglas en inglés).
Sus predicciones se hicieron en base al escenario RCP4.5 –un escenario intermedio de emisión y concentración de gases de efecto invernadero donde se estabiliza el forzamiento radiativo a 4,5 W/m2 después del año 2100– y un escenario con un nivel muy alto de emisiones, el RCP 8.5 –donde el forzamiento radiativo supera los 8,5 W/m2 en 2100– (el forzamiento radiativo, o forzamiento climático, es la magnitud utilizada para comparar las influencias de naturaleza térmica sobre el clima mundial; es la diferencia entre la insolación –luz solar– absorbida por la Tierra y la energía irradiada de vuelta al espacio; se cuantifica en la tropopausa –zona de transición entre la troposfera y la estratosfera– o en la parte superior de la atmósfera en unidades de vatios por metro cuadrado de la superficie de la Tierra; un forzamiento positivo –energía entrante que excede la energía saliente– calienta el sistema, mientras que el forzamiento negativo –energía saliente que excede la energía entrante– lo enfría).
El estudio predice que «se alternarán alertas de inundaciones y sequías de forma cada vez más frecuente”
El estudio se hizo considerando los datos del proyecto EURO-CORDEX, que ofrece simulaciones de modelos climáticos sobre Europa a una escala de aproximadamente 11 kilómetros de resolución considerando los resultados de las simulaciones de los modelos globales del Proyecto de Intercomparación de Modelos de Clima Acoplados Fase 5 (CMIP5, en sus siglas en inglés, Coupled Model Intercomparison Project Phase 5).
“En concreto, se eligieron cinco modelos regionales forzados por un modelo global y se estudió el comportamiento del conjunto de los cinco modelos, a través de un modelo regresión lineal que en lugar de hacer una simple media de los resultados de los modelos lo que hace es dar un peso a cada modelo según lo bien que reproduzca la realidad, dando mayor peso en la media a los resultados de aquel modelo que mejor refleja la realidad actual”, explica Nieves Lorenzo a GC .
Para el análisis de la precipitación, las investigadoras consideraron cinco índices de precipitación, “que nos van a permitir conocer la variabilidad e intensidad de la precipitación”. Estos índices son: precipitación total, número de días en los que la precipitación supera los 10 milímetros (mm), días húmedos consecutivos, días secos consecutivos y el índice de precipitación máxima diaria para el periodo 2021-2050.
EL SUR Y LAS ZONAS COSTERAS EN ESPAÑA, LAS MÁS AFECTADAS
Los resultados para el conjunto de España “muestran una disminución significativa de la precipitación total que se registrará anualmente y que afecta principalmente al sur y a las zonas costeras”, aporta Nieves Lorenzo. Esa reducción será “más intensa en el escenario RCP8.5, con disminuciones cercanas al 20 % durante la primavera, que suele ser una de las estaciones más lluviosas”, esclarece.
La experta explica que los cambios previstos para el índice R10mm (numero de días en un año con lluvia mayor a 10 mm) siguen un patrón similar al PRCPTOT (precipitación total al año), con disminuciones anuales del 10 % (nótese que 1 milímetro de agua de lluvia equivale a 1 litro de líquido por metro cuadrado).
Sin embargo, en el estudio estacional observaron un incremento de este índice durante el invierno en la mitad norte Peninsular.
“Las proyecciones de periodos de días consecutivos húmedos disminuyen en un porcentaje anual inferior al 10 %, siendo más acusada esta disminución en los meses de invierno y primavera. Esto corrobora la disminución de precipitación en su conjunto, pues hay menos días seguidos con lluvia”, detalla la investigadora del EphysLab.
Por el contrario, apunta, “los periodos de días secos aumentan principalmente en verano y en las estaciones de transiciones de primavera y otoño”, lo cual “provoca más periodos de sequía que repercutirán negativamente en el caudal de los ríos y acuíferos”.
En Galicia “se espera una disminución de la precipitación total en verano y primavera, con un aumento de los períodos secos, y un aumento de días con precipitación intensa más acusado en otoño e invierno”
En cuanto al índice de precipitación máxima diaria, observaron un aumento del 15 % aproximadamente sobre todos en las áreas montañosas y en la mitad norte de España, sobre todo en invierno y otoño.
“Estos resultados muestran que, aunque en conjunto podamos tener una menor cantidad de precipitación, los cambios en su distribución temporal puedan provocar que en el futuro, tal y como estamos empezando a ver ya en las noticias, tengamos mayor número de episodios de lluvias torrenciales junto con periodos de sequía que se repiten cada vez con más frecuencia, lo que nos llevaría a estar alternando alertas de inundaciones y sequías de forma cada vez más frecuente”, precisa Lorenzo.
GALICIA
Para el caso de Galicia, aunque apunta que “no es de las zonas más afectadas”, destaca que “se espera una disminución de la precipitación total en verano y primavera, sobre todo en el escenario RCP8.5 con un aumento de los periodos secos”. Sin embargo, añade, “parece verse afectada por un aumento de días con precipitación intensa más acusado en otoño e invierno, lo que provocaría un aumento de las alertas por inundación”.
En el conjunto de España, las investigadoras concretan que las zonas sur y mediterránea serán “las más afectadas, sobre todo por la disminución de la precipitación”, mientras que “las áreas montañosas se ven más afectadas por las lluvias torrenciales, sobre todo en invierno y otoño”.
Las proyecciones de precipitación anual de este estudio muestran una disminución general en casi todo el territorio, excepto, curiosamente, en la zona central, “donde se detectan ligeros cambios positivos pero que no llegan a ser significativos, por lo que entrarían en la variabilidad natural”, concluyen.