Concepción Arenal nacía tal día como hoy, un 31 de enero de 1920, en Ferrol. En la celebración del bicentenario de una de las pensadoras más importantes del siglo XIX, precursora del feminismo, Galicia le rinde homenaje por sus aportaciones y por la actualidad de muchos de sus discursos. Por eso, en esta jornada, la exalcaldesa de Madrid Manuela Carmena fue la encargada de abrir los actos del ‘Año Concepción Arenal’ que organiza la Univesidade de Santiago de Compostela en los próximos doce meses. Así pues, impartió una ponencia bajo el título ‘Concepción Arenal hoy’.
Frente a un salón de actos de la Facultad de Derecho a rebosar, Manuela Carmena agradeció en primer lugar a presencia de tanta gente. «Estoy segura de que doña Concha estaría contentísima. Diría: ‘¡Qué barbaridad! ¡Cuánta gente chica! ¡Y cuánta gente lleva pantalones!», comenzó la intervención entre risas. Y es que uno de los hechos más destacados de la vida de Concepción Arenal, que Carmena tampoco dejó pasar, fue que se vio obligada a vestir de hombre para poder estudiar en la universidad.
La CONFIANZA EN LAS PERSONAS
Pero más allá de lo que siempre se cuenta de Concepción, la jueza quiso ofrecer una conferencia que indagó en otros aspectos menos conocidos de la pensadora y emprendedora social. Por las palabras de Carmena se notaba que estaba hablando de una mujer a la que había estudiado con detenimiento y que había influido decisivamente en su carrera como magistrada. Contó que descubrió a Concepción cuando un amigo le regala el libro El visitador del preso. Por aquel entonces Carmena trabajaba en la cárcel de Carabanchel. «Lo leí y quedé sorprendida por la reflexión que hace de la prisión, del mal. En él dice que hay personas que no deberían estar presas, y dice que las personas menos empáticas son, curiosamente, las mejores presas».
Carmena conoció el mal en sus años de magistrada, pero se guió por el pensamiento crítico de Concepción: las personas pueden cambiar. ¿Cómo? A través del encuentro emocional. «Debemos provocar cambios en las personas que no hacen más que dejarse llevar por el odio», piensa también Carmena. Fundamental para conseguirlo es no desvincular a los presos de la realidad social, no privarlos de la libertad psicológica. «Son líneas importantes que ya apuntaba Concepción y que no podemos olvidar». Hace falta, dice Carmena, recuperar esa capacidad crítica frente a la idea de que un ser humano es un monstruo.
MUJER DE INTERVENCIÓN
Concepción Arenal no se limitaba a criticar las injusticias, sino que actuaba para darles solución. «Era una persona emprendedora», señala Carmena. «Decía: ‘Esto está mal?, pues lo voy a arreglar'». Como ella, fueron otras muchas mujeres las que pensaron y actuaron. Eso que hoy llamamos emprendemento social comenzó, de alguna manera, de la mano de Concepción. Carmena pon el ejemplo del activismo de la pensadora frente a los desahucios, una realidad que sigue muy de actualidad. «Ella se queda escandalizada cuando se encuentra con esas situaciones en Madrid, entonces decide montar una empresa social, una constructora benéfica para hacer viviendas para personas con pocos recursos».
LA CAPACIDAD DE CUESTIONARNOS
Ella actuaba, era una mujer de intervención social. Y además, era socióloga. «Le interesaban los datos como a nadie». Tenía el poder de cuestionarse el funcionamiento de las cosas. «Se preguntaba el sentido de hacer las leyes si después no sabemos sus resultados. Ella ya apuntaba la necesidad de los datos». Y hoy, Carmena reafirma esa necesidad frente a las «mentiras» de partidos políticos como Vox. «Es imprescindible que los datos sirvan para verificar lo que es cierto y lo que no».
De hecho, en referencia también a la extrema derecha, la exalcaldesa de Madrid Manuela Carmena aseguró que ve similitudes en el discurso que mantienen Vox y la dirección nacional del PP sobre la imposición del veto parental y los argumentos empleados durante el siglo XIX por los detractores de la educación obligatoria como, por ejemplo, que suponía una intromisión en la «patria potestad» de los padres sobre sus hijos.
Manuela Carmena tampoco pasó por alto que Concepción fue una mujer muy interesada por el estudio del Derecho Internacional. «A esta mujer le dio por hablar de todo!», dice sonriente. «Pocas veces hay declaraciones tan valientes contra la guerra y a favor del pacifismo como las que hizo Concepción Arenal». Ella, que vivió de primera mano la guerra carlista, cuestionaba entonces el sentido de las contiendas.
El FEMINISMO DE CONCEPCIÓN
En la lucha y en la reivindicación del papel de las mujeres, Concepción fue precursora y representante. «Tiene discursos discutibles, pero cualquier innovadora nunca es rigurosa. Ella tenía claro que estaba reivindicando la inteligencia emocional», relata Carmena, que también recordó que Concepción fue una de las primeras en ser capaz de darse cuenta de que la «mujer ama de casa» no era más que un mito.
En su afán por visibilizar y por reubicar derechos, la pensadora tuvo siempre muy claro la importancia de comunicarse a través de la prensa y del periodismo. Fundó la revista Voz de la caridad y fue capaz a través de ella de enfrentarse activamente al catolicismo retrógrado del siglo XIX. «Por encima de todo, ella era una mujer radicalmente independiente«, describe Carmena. Incluso llega a formular una campaña en contra de los toros.
«Hay toda una galería de mujeres que no podemos olvidar. Tenemos que rescatarlas porque en ellas están los ladrillos necesarios para construir la manera de cuidar nuestra democracia. Está en nuestras manos, no las desperdiciemos». Con este alegato final Manuela Carmena remata su discurso, acogido de cálidos aplausos.