La COVID golpeó fuertemente al sector de las ambulancias tal y como lo hizo en otros sectores sanitarios. En fechas anteriores a los primeros casos por coronavirus en Galicia, los y las profesionales de ambulancias habían estado en huelga reivindicando mejoras retributivas y de condiciones laborales. Con la llegada de la pandemia, una serie de carencias se dejaron notar a la vez que se fueron resolviendo según pasaban los meses. Aun así, tanto patronal como trabajadores y trabajadoras, piden a la Xunta una serie de puntos considerados por las dos partes como necesarios. Estos puntos serían la mejora de condiciones laborales en cuanto horarios y número de personas por vehículo. Por otra parte, los empresarios valoran como mejorable el sistema de contratación de la administración gallega, por eso piden más flexibilidad en la redacción de condiciones en los pliegos de contratación.

EVALUACIÓN DE TRABAJADORES Y EMPRESARIOS

“Todos sabemos lo que sucedió con las EPI y a lo que nos enfrentábamos” señala Roberto Rodríguez de CCOO. Rodríguez apunta que su sindicato veía que solo había una forma de combatir las carencias del sector ante el coronavirus. “Solo podíamos colaborar conjuntamente empresas, patronal, trabajadores y administraciones”. Antes de esa colaboración, el responsable de ambulancias de CCOO apunta a los primeros días como una búsqueda de culpables.

La falta de material sanitario para evitar contagios fue una carencia generalizada en la sanidad gallega. Esto tuvo algunas consecuencias: “aquí cada cuál se buscó la vida, hubo una primera fase dónde a las bases iban personas particulares con donaciones de guantes y máscaras”, destaca Xesús Pastoriza de la CIG. La donación de EPIs (máscaras, batas, guantes o pantallas faciales) no fue suficiente para cubrir todo el abanico de personal. Esta situación trajo prácticas como la “reutilización de material como las máscaras usadas durante 24 horas y personal sin batas de seguridad”.

La Federación Gallega de Empresarios de Ambulancias (FEGAM) estima “suficientes” los medios destinados para atender a la demanda de la población afectada por la COVID. “Supimos dar respuesta a lo que se pedía incluso en días de mayor actividad”. FEGAM por otra parte, reconoce que sí hubo retrasos en la llegada de vehículos a sus destinos “debido a las exigencias derivadas de la pandemia”. Esas exigencias pasaban por la desinfección de vehículos o colocación de EPIs por parte de los trabajadores.

CAMBIOS NECESARIOS DENTRO DEL SECTOR

La propia FEGAM señala como un avance positivo que “los contratos con la Administración tuvieran más flexibilidad para introducir las modificaciones necesarias en casos excepcionales como fue la COVID”. Preguntados también sobre el actual sistema de áreas sanitarias y el número de ambulancias en cada una de ellas, la respuesta de la Federación es que esos puntos “dependen de la administración”.

“No creo que se de ese el caso de deficiencias en ambulancias de atención urgente, pues la concesión estaba recién adjudicada”, declara Xesús Pastoriza quien señala no disponer tampoco de noticias sobre incidencias en ambulancias no urgentes. Roberto Rodríguez apunta sobre la inspección de los vehículos sanitarios: “la administración tiene un trabajo que hacer, las empresas habían debido cumplir con lo pactado, con la parte social y de trabajo y no quede todo en que una persona inspeccione y pase por alto algunas cosas”.

Desde la CIG creen que el número de ambulancias actualmente sigue siendo el mismo que antes de la pandemia. “Aun más, en A Coruña hay diez ambulancias menos en no urgente, se hay otro pico de contagios todo el trabajo nos caerá a los trabajadores”. El representante de CCOO apunta en relación a la categoría profesional “que se nos tenga en cuenta como al resto del servicio sanitario, pues personal del SERGAS recibió algúnas compensaciones extras” no así el personal de ambulancias.

Además de lo anterior, la presión laboral sobre los trabajadores ha hecho aumentar el absentismo laboral al 17% según Rodríguez. En estas condiciones, Pastoriza recuerda que “pedimos hacer un estudio sobre el nivel de stress físico y psicosocial” ante elementos como la nocturnidad y cambio de turnos. “La patronal no quiere hacer ese estudio macroempresarial sino hacerlo empresa a empresa”.

Roberto Rodríguez estima muy necesario el “establecimiento de criterios comunes en toda Galicia en relación con protocolos de salud y seguridad laboral”. Este punto ya estaba recogido en las negociaciones para convenios colectivos pues “en Galicia ya aplicábamos desde doce años atrás la obligatoriedad de lavar el uniforme cuando en Cataluña, por ejemplo, se ha establecido desde hace poco tiempo”.

Las ambulancias y su personal son primera línea contra la COVID. De su acción depende en buena medida cómo conducir una situación semejante a la pandemia. No obstante, según representantes de los trabajadores es necesario observar las medidas de seguridad, las condiciones laborales en las que desarrollan sus tareas y el incremento de personal. Los empresarios reclaman unos cambios que deberían pasar por una reforma en la legislación, en caso de que la administración gallega acepte sus demandas.