La polémica alrededor de la protección total del lobo, prohibiendo su caza incluso para el control de la especie, puso en alerta al sector ganadero, sobre todo el sector de la ganadería extensiva. Los propietarios de ganado temen la “impunidad” del lobo para atacar sus propiedades. Voces sindicales apuntan a la necesidad de incrementar las ayudas por pérdidas de cabeza de ganado además de una mayor inversión en medidas de prevención. Por otra parte, emplear las batidas para el control del depredador sigue teniendo defensores aunque las posturas pasan por que sea la Administración quien lleve adelante estas acciones o quien apoye la validez de las batidas por cazadores.
VALORACIONES DESDE GANADEROS Y REPRESENTANTES
Las medidas preventivas de los ganaderos pasan desde los pastores eléctricos, uso de perros mastín y cierre de fincas. “No estamos en contra de la introducción del lobo dentro de la lista de especies a proteger, pero no de esta manera” dice Joán Alibés, miembro del Observatorio Campo Grande, para la mediación entre ganaderos y administraciones sobre la convivencia con el lobo. “Los medios para convivir con este animal los estamos poniendo los ganaderos”. “La propuesta del Ministerio es un cambio sin diálogo y que está enfrentando posturas”.
El Observatorio editó un documento en su web donde resaltan la necesidad de que todos los agentes implicados (administraciones, ecologistas y ganaderos) estén en una misma mesa de negociación. La finalidad es que no haya medidas unilaterales en perjuicio de terceros.
“No existe un problema con el lobo, una especie que está en expansión por toda España y por eso no entendemos los cambios legislativos que proponen” dice Jacobo Feijóo de Unións Agrarias (UUAA). “Creemos que la decisión del Ministerio de Transición Ecológica está poco meditada, creemos que faltan más criterios científicos y técnicos”. En relación con estas palabras, Jacobo Feijóo señala que en 2020 los ataques de lobos se duplicaron y que el número de atropellos de estos animales son una muestra de la expansión de la especie en Galicia.
La secretaria general del Sindicato Labrador Gallego (SLG), Isabel Vilalba, valora que parte de los argumentos presentados no se corresponden con la realidad. En coincidencia con el UUAA, Vilalba ve necesaria la “participación de todos los sectores afectados además de expertos sobre el lobo”. La secretaria general del SLG reclama que “necesitamos un plan de gestión para este animal silvestre”.
PREVENCIÓN, MEDIOS E INDEMNIZACIONES
“El lobo siempre estuvo ahí” dice José Fernández, pastor de Ourense. “Creo que la caza ayuda a controlarlo”, apunta Fernández quien también recuerda una manera de “distraer” a este animal para no atacar los rebaños. “Antes podías dejar un animal muerto en el monte, así los lobos tenían donde comer sin venir al rebaño”. Actualmente los animales muertos son retirados por empresas de seguros agrarios.
“La alimentación disuasoria puede ser uno de los métodos de prevención, usando animales muertos como engaño para evitar ataques a rebaños” dice Jacobo Feijóo. “Un ejemplo sería la cría de caballo salvaje, colocando esa alimentación disuasoria lejos de las manadas se evitarían ataques y muertes de cabezas de ganado”.
“Hay una creencia o visión de que son los tecores y los cotos de caza quien controlan la población de lobos” declara Vilalba que añade “la gestión de la fauna silvestre corresponde a la administración pública y según el territorio”, esto último en referencia a la densidad de depredadores. Si no hubo batidas de lobos, como se pudo tener controlada la población de los mismos? “En 2013 se mató un lobo, pero si tenemos en cuenta que las ayudas llegan tarde y son insuficientes, lo que se está experimentando es un aumento de la caza furtiva” señala Joan Alibés.
Según los datos de la Consellería de Medio Ambiente, los avisos al 012 para notificar posibles ataques de lobos fueron en 2017, 1.203 avisos; en 2018, 1328; en 2019, 1397 y en 2020, 1.303 avisos.
“No hay que tenerle miedo a la caza de este animal” señala Jacobo Feijóo que destaca de este animal su posición como “depredador que solo puede ser controlado por el ser humano”. Algunos agricultores y representantes sindicales gallegos ponen como ejemplo el “Modelo Asturias”. Este modelo sigue las directrices de un comité de evaluación y el abatimiento de la pieza lo hacen agentes ambientales.
Las conclusiones de las partes consultadas son en primer lugar una inversión mayor en prevención. “Hace dos años en el Consejo Agrario Gallego se anunció un plan de gestión, aun no se ha dicho nada” dice Isabel Vilalba. Pagar en tiempo y forma y según el valor real en el mercado del ganado dañado. “Las administraciones ralentizaron sus funciones desde 2008 y muchas veces actúan de manera victimista, enfrentando sectores e indirectamente, dando argumentos para la caza furtiva” dice Alibés. “La inversión en prevención es esencial además de una mejora en las indemnizaciones y ayudas, porque 500.000 euros al año en ayudas no cubren las pérdidas reales” dice Jacobo Feijóo.
La prevención es el único camino que ven las organizaciones agrarias y los propios ganaderos para evitar daños por lobo. Esta prevención va desde el reparto de perros pastores, entrenar a los pastores para que sepan utilizar bien ese perro, aumentar las ayudas para medidas de protección y vallado, usar técnicas como la alimentación disuasoria e incrementar los presupuestos destinados a cubrir pérdidas. Por último, que los organismos públicos, ecologistas, ganaderos y técnicos conformen mesas de estudio para llegar a acuerdos que permitan la convivencia con la fauna silvestre.
