La finales del pasado mes de octubre a ministra de Cohesión Territorial del gobierno portugués manifestaba que la conexión con Galicia era prioritaria. Ana Abrunhosa dejaba ver que los intereses lusos no iban tanto por la conexión ferroviaria Lisboa-Madrid, sino cara al norte, incluso creando vías paralelas para alta velocidad y medias distancias. Los posibles “defectos” que tiene el proyecto son las “dudas” de los gobiernos luso y español y la salida sur de Vigo. Otros serían la falta de capacidad de decisión por parte de las regiones portuguesas, cosa que con las autonomías en España en parte está resuelto y por último, que el Gobierno español “imponía” la prioridad de la unión entre las capitales estatales.
UN CAMBIO PROFUNDO, ¿PARA CUÁNDO?
Economistas del Grupo Colmeiro de investigación económica presentaron una serie de opiniones sobre las palabras de la ministra portuguesa de Cohesión, Ana Brounhosa, quien declaró que en la última cumbre entre España y Portugal, la representación española insistía en abrir la vía Lisboa-Madrid frente al interés luso de unir la vía cara al norte hasta la frontera con Galicia. De este modo, según las evaluaciones de expertos gallegos y portugueses, la vertebración de la eurorregión Galicia-Norte de Portugal con aportaciones para las comunicaciones por tierra, corregiría el desequilibrio entre la zona noroeste y la mediterránea.
El temor de algunos y de algunas economistas está en saber si se concretarán en hechos las palabras de la ministra Abrunhosa. Así, José Costa, catedrático de economía de la Universidad de Oporto, cree que eliminará el centralismo crónico de las políticas públicas portuguesas. Lo previsible para Costa son argumentos como el mal uso de las inversiones o la baja demanda del servicio de transporte.
Las opiniones desde Galicia van en el mismo sentido criticando la postura de Madrid. “Lamentablemente el Gobierno central parece que no consigue sacar las gafas de cerca” dice la profesora de la USC, Isabel Neira, que le pide al gobierno español que tenga en cuenta y busque lo relevante para la economía y la ciudadanía “en este lugar de la península Ibérica, la economía y los ciudadanos decidimos nuestro camino que pasa en grande parte por el eje Atlántico y la conexión con el Norte de Portugal”.
LAS INVERSIONES, ¿UNA RAZÓN PARA NO ACTUAR?
Si ya el Eje Atlántico considera que está fuera de las políticas de inversión del Gobierno central, analistas económicos creen que algunos obstáculos físicos estarían echando para atrás al ejecutivo de Sánchez. Uno de esos puntos es la salida sur de Vigo, cuya solución “parece estar ligada a las inversiones en cuestiones de ingeniería para llevarla adelante” dice el economista Luis Caramés.
La salida sur “exigirá una importante inversión por parte española y también un esfuerzo financiero notable de la parte portuguesa” analiza Caramés. Aun así, el economista señala la opinión portuguesa de que toda la inversión se traducirá en un “cambio verdaderamente estructural” con resultados positivos, como declaró el ministro portugués de Infraestructuras, Pedro Nuno Santos.
El gabinete presidido por el primero ministro Antonio Costa anunciaba inversiones por 10.000 millones de euros para lo nuevo Plan Nacional de Inversiones 2030. La inversión en transportes será de 10.000 millones de euros y de ellos 900 irán para la línea Oporto-Valença-Vigo. La infraestructura prevista se dividiría en dos, una para la alta velocidad y otra para las líneas convencionales y aumentar la capacidad de mercancías y de viajeros, tal como explica la profesora Natasha Silva.
Si este último punto se materializa, la línea que salga de Lisboa hacia Oporto comunicaría las dos ciudades en una hora. Por otra parte, el transporte de mercancías se agilizaría de tal manera y movería tal volumen que el área noroeste podría competir con el Corredor Mediterráneo además de unirse al Corredor Atlántico europeo, apunta Silva.
ALTA VELOCIDAD Y MEDIAS DISTANCIAS
La inversión en líneas de media distancia y sobre todo, en logística, responde a la ineficiencia del alta velocidad para la movilización de contenedores. Así lo entiende el profesor de la UNED Francisco Rodríguez Seijo, que además, en concordancia con Natasha Silva, entiende que la vertebración pasa también por comunicar villas y ciudades medias en cuanto transporte de viajeros.
Rodríguez Seijo ve otra falta para desarrollar la alta velocidad. La rentabilidad de la misma pasa por comunicar pocos y grandes núcleos de población en tiempos mínimos con distancias que permitan acelerar al máximo. Los núcleos más pequeños quedarían al margen, incomunicados, y esto impide la cohesión del territorio. De ahí que se vea necesario implementar tren de medias distancias.
Luis Caramés apunta finalmente que no se le dio la importancia necesaria a la Eurorregión Galicia-Norte de Portugal desde diferentes administraciones. Aun así “desde Galicia tenemos una ventaja que es un gobierno autonómico que puede hacer palanca en Madrid”. Esto no sucede en Portugal donde los gobiernos son centralistas y, por lo de ahora, no están por la labor de conceder más autonomía a las regiones.
Portugal espera articular una conexión por toda la línea atlántica desde Lisboa hasta Vigo, por lo menos. El ejecutivo lisboeta señalaba la “imposición” de Madrid para la construcción de la línea AVE entre las dos capitales de ambos países. De momento, desde la parte gallega la solución para la salida sur de Vigo parece uno de los obstáculos físicos más importante, aunque, como señalan políticos y entidades sociales, las políticas de Madrid parecen mirar más al Mediterráneo que al Atlántico.