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“Existe una gran preocupación por el impacto de la Covid-19 en la lucha contra incendios”

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La pandemia de Covid-19 también ha cambiado el escenario de la lucha contra incendios forestales. La amenaza del coronavirus SARS-CoV-2 obliga a repensar estrategias y protocolos en la gestión y extinción de los fuegos, para garantizar a los equipos medidas de protección básicas contra el nuevo virus sin perder un ápice de efectividad y eficacia en las operaciones antiincendios. La preocupación es máxima.

¿Qué se está haciendo en Galicia? ¿Está preparada para este nuevo escenario? La Consellería de Medio Rural asegura que sí: “Efectivamente, hemos adaptado la planificación de la lucha contra los incendios forestales a los condicionantes impuestos por la emergencia sanitaria”, explican desde el departamento dirigido por José González Vázquez.

Para evaluar las medidas aplicadas por la Xunta de Galicia es preciso antes pasarse por la Universidad de Wageningen, en Países Bajos, donde un equipo de expertos liderado por la profesora Cathelijne Stoof (Departamento de Ciencias Ambientales) ha tomado la delantera en la investigación sobre adaptación de las estrategias y protocolos antiincencios en tiempos de Covid-19.

Cathelijne Stoof ha reunido un equipo de expertos de esta universidad y de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la American Wildfire Experience y el Wildfire Magazine (revista de la International Association of Wildland Fire). Su objetivo: crear una guía básica común para la preparación de la gestión de los incendios forestales durante esta pandemia en todo el mundo, a partir de la revisión de los materiales existentes sobre protocolos y estrategias elaborados por agentes gubernamentales, no gubernamentales y del sector privado en la gestión de fuegos, además de una encuesta mundial entre actores implicados en esta lucha. La información recopilada ha sido incluida en dos informes preliminares publicados hasta ahora sobre ‘Gestión de incendios forestales durante Covid-19’.

Los expertos en incendios consideran que las nuevas medidas de adaptación a la pandemia deberán prolongarse “más allá del verano”

El trabajo abarca desde problemas de salud y seguridad de los equipos de extinción, hasta los protocolos de evacuación y albergue temporal de poblaciones afectadas, o la necesidad de reducir los incendios forestales mediante actividades de prevención.

“Se requiere la adaptación de los procedimientos, normas y enfoques habituales empleados en la gestión de los incendios”, avisan estos expertos, que consideran que las nuevas medidas deberán prolongarse en el tiempo “más allá del verano”, ya que su informe preliminar “muestra que la Covid-19 afecta a todas las operaciones de gestión de incendios forestales, incluida la reducción de riesgos”.

El material examinado por estos expertos indica que “los ajustes necesarios bajo el marco de la Covid-19 pueden considerarse estratégicos u operativos”. Entre los primeros se incluyen “las opciones para el control de incendios” que “ya no son viables en el contexto de la Covid-19”, que “pueden aplicarse pero están limitadas de alguna manera” o que “tendrán que ser priorizadas”, exponen.

Los aspectos operacionales incluyen “los cambios que tienen consecuencias para el personal de gestión de los incendios”, como “su transporte, el uso, la transferencia y el manejo de equipamiento, la movilización y desmovilización, el ajuste de técnicas y prácticas; etc.”.

“El personal antiincendios puede estar preocupado por contraer la Covid-19 y contagiar a otros bomberos y a la población en sus desplazamientos, y por llevar el virus a sus familias”

“Tanto en los aspectos estratégicos como en los operacionales, hay una escasa experiencia sobre las limitaciones que implican adherirse a las directivas de Covid-19, con muy pocos ejemplos hasta ahora que podrían proporcionarnos información y observaciones sobre el terreno (aunque está empezando a suceder)”, explican.

Equilibrar la balanza entre seguridad personal y efectividad en la lucha contra incendios no va a ser tarea fácil. Estos investigadores avisan de que “las medidas para reducir el riesgo de exposición a la Covid-19 probablemente limitarán la capacidad de gestión de incendios (número, tipos, tiempos de respuesta, recursos para grandes incendios, etc.), lo que puede aumentar el riesgo de incendios cada vez más grandes y potencialmente dañinos”.

En este escenario, destacan, “el personal puede estar preocupado por contraer la Covid-19 y contagiar a otros bomberos y a la población en sus desplazamientos entre incendios, y puede estar preocupado por llevar el virus a sus familias”, lo cual “puede reducir aún más la disponibilidad del personal y/o reducir su flexibilidad para desplazarse y trabajar lejos de su área local”.

LIMITACIONES POR LA COVID-19 PARA LA GESTIÓN DE INCENDIOS

Los autores de estos informes han identificado una serie de limitaciones para la gestión de los incendios condicionadas por las medidas de contención de la pandemia.

La primera “es garantizar la seguridad de las personas frente al fuego y la de los bomberos frente a la Covid-19”; es decir, “la necesidad de combinar el distanciamiento social con la gestión del fuego y las tareas de extinción de incendios”.

En este sentido, subrayan que “tanto el distanciamiento social como la gestión de incendios son esenciales para garantizar la seguridad de las personas”; sin embargo, “no está comprobado hasta qué punto se pueden combinar simultáneamente”, apuntan.

Advierten, además, que equipos de extinción “pueden experimentar un brote de Covid-19 durante la respuesta al fuego”, lo cual podría tener un “impacto significativo” en la efectividad y capacidad de la lucha contra incendios.

“La temporada de incendios es agotadora para los bomberos, afectando a sus niveles de fatiga y a sus sistemas inmunológicos, lo que puede comprometer su capacidad de lucha contra la Covid-19”

Otra limitación está relacionada con la “planificación de la evacuación” de personas en zonas afectadas por incendios. En este sentido, recuerdan que “a veces se ordenan evacuaciones debido a incendios forestales, pero las personas también pueden optar por la evacuación por sí mismas” y “si los recursos de extinción de incendios son limitados, las evacuaciones pueden ocurrir antes y ser de mayor escala”.

Relacionado con lo anterior, existe la dificultad de “garantizar la seguridad de las personas en los campamentos de emergencia”, donde se puede producir “la agrupación de un gran número de personas que no podrán cumplir con las medidas de distanciamiento social”, exponen los expertos.

En base a los materiales analizados, los autores de esta investigación han creado una guía inicial para la gestión de incendios en tiempos de Covid-19 –que se irá perfeccionando a medida que se gane experiencia–, en la que recogen una serie de medidas adoptadas en distintas partes del mundo.

REDUCIR EL RIESGO DE INFECCIÓN

Los expertos destacan, en primer lugar, la importancia de “mantener a los bomberos sanos para reducir el riesgo de infección de Covid-19”. Par ello es necesario tener en cuenta que “la temporada de incendios es inherentemente agotadora para los bomberos, afectando a sus niveles de fatiga y sus sistemas inmunológicos, lo que puede comprometer su capacidad de lucha contra la Covid-19 si se exponen al virus”.

Piden dar a los equipos “más tiempo de descanso y recuperación, o utilizar diferentes tácticas de extinción que reducen el agotamiento y la exposición al humo”

Los investigadores recuerdan que existen ya estudios científicos que sugieren que la contaminación atmosférica puede aumentar el impacto de la Covid-19, y que los bomberos forestales pueden ser más vulnerables ante esta enfermedad debido a la repetida exposición al humo de los fuegos y a las partículas que traslada.

Por ello, consideran necesario dar a los equipos “más tiempo de descanso y recuperación a lo largo de la temporada de incendios, o utilizar diferentes tácticas de extinción que reducen el agotamiento y la exposición al humo”, para “permitir a los bomberos mantenerse sanos durante más tiempo”.

También piden establecer “procedimientos para mejorar la limpieza y desinfección de los vehículos, aviones, áreas comunes, barracas y todas las áreas de alto contacto”. Y “los servicios de comedor deben centrarse en reducir al mínimo la manipulación de alimentos y el uso de artículos compartidos”, lo cual “incluye quitar en los comedores todos los recipientes que contengan alimentos compartidos, y exigir que sea el propio personal de cocina quien distribuya los alimentos”.

DISTANCIAMIENTO SOCIAL

Otra prioridad es el distanciamiento social, que se debe garantizar empezando por “controlar y restringir el acceso a todos los lugares de trabajo solamente al personal esencial”. Para ello, dicen, son necesarios “procedimientos claros para definir qué es «personal esencial»”.

En esta línea, animan a que las reuniones informativas se realicen a distancia para minimizar el contacto, mediante “el uso de la radio, correo electrónico, plataformas de reuniones virtuales u otras modalidades similares de reuniones informativas y materiales”. Pero si no es factible, aconsejan que entonces solo los jefes de equipo asistan a las reuniones informativas. En su opinión, además, “el equipo de dirección y el personal general no necesitan estar en el mismo lugar que los bomberos”.

“Todo el personal debe someterse a una prueba de detección de la Covid-19 y se debe registrar el historial de viajes reciente para determinar el posible riesgo de exposición al coronavirus”

En el caso de actividades formativas para preparar a los equipos antiincendios en el contexto de la pandemia, señalan que deberían realizarse también a distancia, a través de Internet; en caso de que la presencialidad fuese necesaria, entonces deberían organizarse pequeños grupos en los que se pueda garantizar la distancia de seguridad.

En relación con esto, aconsejan “identificar qué puestos y tareas de los miembros del equipo de gestión de incendios se pueden realizar a distancia mediante teléfono, reunión virtual u otra plataforma de comunicación”.

Otra medida a la que dan especial importancia en el apartado de distanciamiento social es la reducción de horas de trabajo y disponer de personal de limpieza adicional “para que haya suficiente tiempo y personal para las tareas de desinfección e higiene”.

DETECCIÓN PREVIA

En relación con la necesidad de mantener a los equipos antiincendios protegidos contra el coronavirus, subrayan que “todo el personal debe someterse a una prueba de detección de la Covid-19 con la finalidad de establecer una línea base con información sanitaria”.

Para llevar un mejor control, “se debe registrar el historial de viajes reciente para determinar el posible riesgo de exposición a Covid-19”, además de “restringir el uso de personal dentro de los grupos de riesgo: los mayores de 65 años o más, y las personas de todas las edades con condiciones médicas subyacentes (como las personas inmunocomprometidas, con diabetes, con enfermedades pulmonares crónicas, asma moderada a severa, etc.)”, clarifican.

LABORES DE CONTROL Y EXTINCIÓN DE INCENDIOS

Además de actuaciones previas, durante el tiempo en el que se realizan labores de control y extinción se aconseja hacer evaluaciones diarias de Covid-19 para garantizar la seguridad del personal, y se anima a aquellos que puedan ser sintomáticos a que “informen a su supervisor lo antes posible”.

Los expertos piden “tener preparado un plan e instalaciones de aislamiento”, además de una “ambulancia y una tienda médica específica para casos sospechosos de Covid-19″

“Es necesario establecer y comunicar claramente y con antelación los procedimientos que se aplicarán en caso de que alguien enferme, los costes médicos, la continuidad de los salarios y otras repercusiones”, explican los autores, que señalan la importancia de “tener preparado un plan e instalaciones de aislamiento”, además de “una ambulancia y una tienda médica específica para casos sospechosos de Covid-19 y/o para la planificación y operación de incidentes durante las labores de control y extinción en el caso de un brote de Covid-19”. Esto, por supuesto, conlleva también disponer de “personal médico que pueda proporcionar orientación y supervisión de las medidas específicas de respuesta y mitigación de Covid-19”.

Acabadas las labores de control y extinción del fuego, o antes de volver a casa, recomiendan que el personal antiincendios sea sometido de nuevo a pruebas diagnósticas de Covid-19 para la posible detección precoz de la enfermedad.

TRANSPORTE Y AVIACIÓN

Otro apartado destacado es el que se refiere a las medidas de seguridad en el transporte de equipos y el uso de medios aéreos.

Se aconseja, en primer lugar, “realizar solo los vuelos esenciales y limitar el personal a bordo a lo esencial”.

En el caso del personal que deba trasladarse al lugar del incendio, será necesario “evitar, en la medida de lo posible, los viajes aéreos comerciales y pilotar o fletar un medio aéreo para el transporte de la tripulación hacia y desde la base de operaciones o el lugar de trabajo alternativo”. Y “cuando sea posible, asegurarse de que la tripulación permanezca como tal (es decir, que haya un distanciamiento social entre las diferentes unidades) durante el transporte en vehículo o helicóptero”. Además, en el interior de los helicópteros habría que “mantener libre el asiento del pasajero delantero, si no es necesario operacionalmente”.

El uso de mascarillas o de cualquier protección facial debería ser obligatorio en el interior de los vehículos “si hay más de una persona y no se puede mantener el distanciamiento físico”

Por otro lado, el uso de máscaras o de cualquier elemento de protección facial debería ser obligatorio en el interior de los vehículos “si hay más de una persona y no se puede mantener el distanciamiento físico”, aunque este requisito podría “modificarse para tripulaciones que operan como unidades independientes y controlan la exposición, ya que se ha visto que las máscaras/ protección facial constriñen la respiración (afectando el descanso y la recuperación) y limitan cierta visibilidad al operar el vehículo”, clarifican los autores del informe.

La higiene es otro elemento fundamental, pidiéndose la “aplicación de procedimientos de control para garantizar que los suministros para la higienización de los vehículos y el lavado y desinfección de las manos están disponibles en todo momento, que la higienización se haya completado y que se cumplan los procedimientos”.

RESULTADOS DE LA ENCUESTA: “GRAN PREOCUPACIÓN”

Para completar el estado de la cuestión, los investigadores realizaron una encuesta en línea distribuida a través de la Universidad de Wageningen. El objetivo de la encuesta ha sido “recopilar materiales, aclarar las implicaciones de las restricciones de Covid-19 sobre la gestión de los incendios forestales, trazar un mapa de las ideas actuales y crear conciencia sobre este tema”.  

La encuesta fue completada por 443 personas de 40 países de todos los continentes (incluida España) dedicadas a la prevención y extinción de incendios forestales.

Los resultados muestran que “existe una gran preocupación por el impacto de la Covid-19 en el funcionamiento de las organizaciones de los encuestados”. Y se prevé que la pandemia tenga “un impacto considerable sobre la gestión de los incendios”.

Las respuestas a las preguntas abiertas del cuestionario evidencian una “gran incertidumbre sobre el impacto de las medidas de Covid-19”, aunque “existe una gran confianza en que las organizaciones representadas puedan realizar las tareas de gestión de incendios durante la pandemia”, exponen los autores de la encuesta.

Los expertos encuestados hablan de una capacidad reducida para compartir recursos y servicios contra incendios entre continentes, países, regiones, comarcas y municipios

Parece también “evidente”, según los resultados del estudio, que “las medidas contra la Covid-19 se están adoptando ampliamente entre las organizaciones de los encuestados”, tomando “la gran mayoría medidas de distanciamiento social, seguidas de medidas de higiene, desinfección y limpieza, y control del tamaño del grupo”.

Los datos también muestran que “se prevé que la Covid-19 reduzca la disponibilidad de servicios de apoyo (por ejemplo, logística y suministro, servicios de restauración, mantenimiento y suministro de la aviación, alojamiento, transporte), seguido de otros servicios y, en menor medida, de servicios especializados (por ejemplo, meteorología, calidad del aire, teleobservación)”, esclarecen los investigadores.

Debido a la Covid-19, los encuestados indicaron también una capacidad reducida para compartir recursos y servicios entre continentes, países, regiones, comarcas y municipios.

En relación con las actividades de extinción, los investigadores destacan de la encuesta el impacto de la pandemia en el número de personal por vehículo. Los datos muestran que “en un gran número de casos este se reduce como resultado de las medidas de Covid-19”. En este sentido, se destacan “los problemas que esto provoca, no sólo porque puede faltar espacio para aumentar el número de vehículos en el escenario del incendio”, sino también porque “es intercambiar un posible riesgo [Covid-19] por un riesgo conocido (conducir con fatiga)”, ya que la conducción con fatiga “es una de las mayores causas de mortalidad en el sector”.

En cuanto a la capacitación y reducción de riesgos, aparte de los efectos de la pandemia en la gestión general y la supresión de incendios, los encuestados indican “efectos considerables en la formación y capacitación, la participación comunitaria previa a la temporada, la gestión del combustible y otras actividades de reducción de riesgos”. En relación con esto, en las preguntas abiertas dejan claro que “esos efectos se deben a la cancelación o reducción de esas actividades”.

“Se estima que la reducción de estas actividades impactará no sólo en el riesgo de incendios para las comunidades, sino también en el riesgo para quienes trabajan en la gestión de incendios”, avisan los autores del informe.

Se estima un aumento del riesgo de incendios y para quien trabaja en la prevención y extinción de fuegos

Los investigadores también constataron, en general, la “gran preocupación actual en la comunidad de bomberos forestales” por “la falta de pruebas de Covid-19”. Aunque reconocen que “no está claro hasta qué punto esto es un problema a nivel mundial”, ponen como ejemplo Estados Unidos, donde “no se realizan pruebas de Covid-19 a menos que alguien muestre síntomas, a pesar de que se sabe que personas sin síntomas pueden propagar el virus”.

“Para mantener la seguridad de las personas y asegurar la continuación de la gestión de los incendios forestales, es esencial realizar frecuentemente pruebas rápidas de detección de Covid-19”, recalcan los expertos.

¿ESTÁ GALICIA PREPARADA?

Galicia es la autonomía más golpeada por los incendios en España y una de las zonas más críticas de Europa. Pontevedra y Ourense son las provincias que registraron mayor densidad de incendios y más hectáreas calcinadas entre 1974 e 2010 en el Estado español, según un estudio del Centro de Investigación Forestal CIFOR-INIA (Ministerio de Economía, Industria y Competitividad).

Otra investigación firmada por científicos de las tres universidades gallegas y del Instituto de Investigaciones Agrobiológicas de Galicia, del CSIC, evidenció que casi la mitad de los incendios forestales declarados en territorio español peninsular en las últimas cinco décadas se produjeron en Galicia; en concreto, el 43,94 % del total de focos registrados entre 1968 e 2017.

Galicia enfrenta este año la que puede ser la campaña contra incendios más complicada y compleja, marcada por la pandemia de la Covid-19. Los sindicatos han exigido más pruebas PCR a los equipos antiincendios, aunque han reconocido la existencia de protocolos marcados por un plan de seguridad diseñado por la Xunta que los representantes de los trabajadores han pedido mejorar.

Desde la Consellería de Medio Rural han respondido así a las siguientes cuestiones planteadas para este reportaje:

Pregunta. ¿Ha adaptado la Xunta el Pladiga 2020 (Plan de Prevención y Defensa contra los Incendios Forestales de Galicia) a la situación extraordinaria generada por esta pandemia? ¿Se han establecido protocolos o medidas excepcionales? ¿Se ha dado algún tipo de guía o de formación a los equipos antiincendios sobre cómo actuar en este contexto? 

«El Pladiga incorpora los protocolos necesarios para permitir el trabajo del personal en condiciones óptimas de seguridad y higiene»

Respuesta. Efectivamente, hemos adaptado la planificación de la lucha contra los incendios forestales a los condicionantes impuestos por la emergencia sanitaria. Así, el Plan de prevención y defensa contra los incendios forestales de Galicia (Pladiga 2020) incorpora los protocolos necesarios para permitir el trabajo del personal en condiciones óptimas de seguridad e higiene. Con motivo de la emergencia sanitaria, la Xunta ha establecido más de una docena de instrucciones y protocolos para los profesionales del servicio, con esa finalidad. La implementación de estas guías y documentos fue trasladada también a los representantes de los trabajadores en diferentes reuniones de trabajo.

Abarcan cuestiones como las precauciones en la operatividad de brigadas y motobombas, higienización de los vehículos y oficinas, así como protocolos específicos para las bases de helicópteros o para la incorporación al trabajo del personal.

Además, el Pladiga 2020 recoge y pone en valor el esfuerzo realizado por los agentes ambientales y bomberos forestales del servicio durante la emergencia sanitaria, llevando a cabo más de 7.000 desinfecciones en los exteriores de los centros de salud, residencias de mayores y discapacitados y otro tipo de instalaciones, como parte de su colaboración voluntaria para prevenir el contagio del coronavirus. Las desinfecciones, que estos trabajadores realizaron de manera totalmente voluntaria, se llevaron a cabo de forma recurrente en hasta 200 municipios gallegos con menos de 5.000 habitantes.

P. ¿Se hacen pruebas a todo el personal implicado en la lucha contra incendios? ¿Con qué frecuencia?

R. Se están realizando pruebas estos días a todo el personal. Además, se respetan los protocolos sanitarios al respecto, con medidas como la toma de temperatura al inicio de cada jornada laboral a cada uno de los trabajadores del dispositivo, entre otras.

P. ¿La adaptación de la lucha contra incendios en tiempos de Covid-19 supone un gasto extra?

R. Los gastos derivados de la dotación de medios, material de prevención y demás protocolos para la prevención del coronavirus se enmarcan en los presupuestos generales de la Xunta para amparar a todo su personal frente a esta contingencia.

«Todas las medidas se han adoptado en base a criterios técnicos sanitarios y en coordinación con las autoridades competentes del Servizo Galego de Saúde»

P. ¿En base a qué criterios, informes o estudios se han tomado decisiones excepcionales en relación con la Covid-19?

R. Todas las medidas se han adoptado en base a criterios técnicos sanitarios y en coordinación con las autoridades competentes del Servicio Galego de Saúde (Sergas).

P. Estudios sugieren que la contaminación atmosférica puede aumentar el impacto de la Covid-19, y que los bomberos forestales pueden ser más vulnerables debido a la repetida exposición al humo de los incendios forestales y a las partículas en ese humo. ¿Conocen estos estudios? ¿Se han tenido en cuenta?

R. Todos los protocolos y actuaciones relacionados con la Covid-19 se han adoptado en coordinación con los expertos sanitarios, teniendo en cuenta sus recomendaciones y demás planteamientos. Además, los Equipos de Protección Individual (EPI’s) con los que cuenta nuestro personal ofrecen una adecuada protección para permitir su trabajo en condiciones de seguridad.

P. ¿Se teme una temporada más complicada en este contexto de pandemia?

«Con este plan se da respuesta a la situación generada por la emergencia sanitaria, que provocó cierto retraso en la realización de buena parte de los trabajos de prevención»

R. La emergencia sanitaria ha condicionado, en cierta medida, los trabajos preventivos. Por eso, hemos incorporado al Pladiga 2020 un plan específico de prevención, actualmente activo, que contempla la actuación en unas 46.000 hectáreas y en casi 5.800 kilómetros de pistas y carreteras. Además, prevé la construcción de 121 nuevos puntos de agua y el mantenimiento de los 3.207 ya existentes, entre otras medidas.

Este plan preventivo supone una inversión de 30,5 millones de euros y recoge, fundamentalmente, acciones sobre el territorio, que se concretan en trabajos silvícolas preventivos, en la creación y mejora de infraestructuras de defensa y en intervenciones de mejora de la gestión forestal y de sus producciones que redunden en un incremento del valor del monte, incidiendo sobre todo en la defensa de las viviendas frente al fuego.

Con este plan se da respuesta a la situación generada por la emergencia sanitaria, que provocó cierto retraso en la realización de buena parte de los trabajos de prevención. Además, también supuso una ralentización en los trabajos de gestión de la biomasa por parte de particulares, debido al confinamiento.

A pesar de que la abundancia de la biomasa no es, por sí sola, la causa fundamental de los incendios forestales, pues un informe de nuestros técnicos certifica que tres de cada cuatro incendios son intencionados, está claro que siempre es necesaria la prevención en los montes. Por eso le damos prioridad a la prevención y por eso, también, ampliamos hasta el 16 de julio el plazo para limpiar las franjas próximas a las viviendas.

P. ¿Hay restricciones especiales a la población en general y a los agricultores y ganaderos, en particular, debido a este contexto?

R. Las restricciones se impusieron durante la emergencia sanitaria y fueron debidamente comunicadas a la población. La limitación de la movilidad de las personas (en nuestro caso, de los agricultores, ganaderos y silvicultores) se ha efectuado de acuerdo con lo establecido por el Gobierno central para las diversas fases de escalada y desescalada. Ese proceso se completó con la vuelta a la normalidad, manteniendo ahora las precauciones marcadas por las autoridades sanitarias.

«Se desaconseja a la población actuar directamente frente al fuego, por los riesgos que esto genera. Para luchar contra los incendios están desplegadas en Galicia unas 7.000 personas, apoyadas por unos 30 medios aéreos y 360 motobombas»

P. ¿Se contempla algún tipo de medida, consejos o cualquier iniciativa para los ciudadanos o voluntarios que, motu proprio, y en estas circunstancias marcadas por la pandemia, acuden a apagar incendios?

R. Con la entrada en la temporada de alto riesgo de incendios, que abarca desde el 1 de julio hasta el 30 de septiembre, se prohíbe automáticamente el uso del fuego en terrenos forestales o de influencia forestal. Así pues, quedan totalmente prohibidas las quemas de restos agrícolas o forestales amontonados. Por lo demás, se desaconseja a la población actuar directamente frente al fuego, por los riesgos que esto genera. Para luchar contra los incendios están desplegadas en Galicia unas 7.000 personas, apoyadas por unos 30 medios aéreos y 360 motobombas. Ellos son los encargados de las tareas de vigilancia, disuasión, prevención y extinción. Lo que sí se tiene en cuenta es la colaboración de voluntarios a la hora de informar sobre posibles fuegos, así como para dar cuenta de potenciales actividades incendiarias. Esto último se gestiona a través de un teléfono de denuncias anónimas habilitado al efecto, el 900 815 085.

Además, la ciudadanía tiene también a su disposición el servicio gratuito 085, al que se debe de llamar en el caso de detectar un incendio forestal.

P. ¿En el contexto de la Covid-19, se contemplan protocolos de actuación nuevos en incendios en interaz urbano-forestal en los que haya viviendas y población comprometidas por los fuegos?

R. Los protocolos implementados son los que se han descrito antes. El operativo de lucha contra los incendios está diseñado para responder a las incidencias que se puedan presentar tanto en terrenos propiamente forestales como en los de interfaz urbano-forestal a los que se hace referencia. De hecho, la prioridad del dispositivo es siempre la de defender, en primer lugar, a las personas y a los bienes de la amenaza del fuego.

En todo caso el operativo de defensa del monte en fuegos situación 2 se integra en el operativo coordinado por Protección Civil.

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